De primeraPerlitas del archivoUn poco de historia

A los hinchas del Rojo no nos dieron pelota

Por Martín Manuel Fernández (*)

Martin_Fernande_Independiente_1960Para los que no me conocen, y a modo de introducción, me presento. Nací en España en 1941. Soy un apasionado del fútbol y, especialmente, un apasionado por defender los conceptos del juego más maravilloso de conjunto.

Además, tengo el orgullo, desde hace muchos años, de ser «hincha» (palabra antigua, como yo) de Independiente. La palabra “hincha” es sana, y  también a veces incluye al fanatismo, igualmente sano. Una pasión que como todo en la vida se va calmando con el paso de los años. Entonces, les dejamos paso a los hijos y a los nietos, que recibieron ese mandato maravilloso : «Ser del Rojo «.

Hecha la presentación, voy directamente al grano: el descenso de mi querido Independiente a la B Nacional.

Comienzo con una frase que escuché en los días previos a que nos pasara lo que nos pasó y que es la siguiente: «¿Y vos te haces mala sangre o problema por eso?«. Una falta de comprensión total de aquellos que opinan sin saber quiénes somos, cómo vivimos, por qué cosas sufrimos o disfrutamos y no entienden cómo una cosa menor, puede provocarte angustia, decaimiento, o hasta a veces te impide conciliar el sueño, pensando en lo que le podía pasar al «Rojo».

Por supuesto que es un tema menor. Sobre todo frente a la pérdida de seres queridos (jóvenes y viejos) que tuve, o algún problema físico importante que me pasó hace más de 35 años, con dos operaciones de columna y el riesgo de cómo iba a quedar. Todo salió bien y al poco tiempo volví a jugar con mis hijos y hasta hace muy poco todavía con mis nietos. Con los problemas que a cada uno le tocó afrontar, he transitado la vida de estos últimos cuarenta años en este maravilloso país de vaivenes políticos y económicos impensados. Como dice el famoso anillo de Don Julio… «Todo pasa». Y pasó.

Hecha esta aclaración, los que ya pasamos los setenta, como es mi caso, y fuimos, somos y seremos del «Rojo», tenemos una gran ventaja , respecto de la camada de jóvenes «hinchas» de los últimos años. Es que la «chapa» que nos dieron los que forjaron esa historia de más de cien años, nadie la puede cambiar.

Somos uno de los clubes más grandes y ganadores de trofeos internacionales (sino el mas grande) del planeta. Lo digo yo y la historia del futbol argentino y mundial, cuando se menciona a Independiente. En los últimos años, las alegrias o logros fueron muy pocos. El último, ya tan lejano como recordado, fue el campeonato del 2002, con el Rolfi Montenegro, el Pocho Insua y otros en su apogeo futbolístico. Ahora volvemos a tener a Montenegro, diez años después, con lo que va quedando todavía de este gran jugador.

Poco a poco todos fuimos viendo como el club se iba cayendo , inexorablemente, tanto en lo económico – financiero como en lo futbolístico. Y esto último es «lo primordial» en la cabeza del hincha.

Estas últimas camadas de jóvenes acompañaron al equipo en las buenas y en las malas (más malas que buenas), apoyando permanentemente  y pensando que algún día vendría otra vez  «la buena» y disfrutar ellos de algo de  lo que le contaron sus tíos, sus papás o sus abuelos. De lo que fueron las épocas pasadas y doradas. Esa esperanza del cambio se mantuvo hasta el sábado del partido con San Lorenzo. A pesar de la agonía, ahí estuvimos «todos». Los mayores, los padres jóvenes con sus pequeños hijos y los adolescentes, todos pensando en el milagro de salvarnos del descenso. Pero había un componente muy raro para que se produjera.Teníamos que, primero ganarle a San Lorenzo, pero si así fuera dependíamos de los resultados de San Martín de San Juan- Estudiantes y de Argentinos Juniors – Colón. No solamente que no ganamos , sino que ganaron San Martín y Argentinos y nos fuimos a la «B».

El equipo adolesció, como siempre, de su falta de llegada, profundidad y juego en los últimos metros de la cancha, donde se buscan las posibilidades de gol. Ese mal lo venimos arrastrando a pesar del cambio de entrenadores (varios) y de la incorporación de jugadores que no rindieron a la altura de lo esperado.

Pero la hinchada siguió alentando. Entonces, para esa hinchada, en donde incluyo a mis hijos, Gabriel (de 47, el más fana), con su hijo Tiago (13), Ariel (42) con su hijo Juan Manuel (15) y mi hija Laura, tambien del Rojo, pero con marido e hijos » bosteritos», que sufrieron desde la cancha, vieron por la «tele» o escucharon por la radio el peor momento en la historia del club, les pido que no abandonen, que sigan alentando, que es algo que nos distingue.

Hay que empezar de cero. Pasar por la «B» y regresar a primera lo mas rápido posible.

Está todo muy complicado, producto de las malas administraciones, principalmente de Comparada y Cantero, para no ir más atrás. Si bien no fueron socios en la gestión, sí lo fueron en los desaciertos, que nos llevaron a este presente caótico del club.

No voy a caer en el «facilismo» de pensar y soñar con que aparezcan jugadores  «clones» de Micheli, Ceconato, Lacasia, Grillo y Cruz o, anteriormente , Canaveri, Lalín, Erico, Sastre y Zorrilla. Ni que hablar de un genio como Bochini, un Pastoriza o un Bernao, para poner ejemplos de grandes jugadores.

Ni hablar de técnicos como don Manuel Giudice u Osvaldo Brandao (brasilero). Tomo a estos dos como ejemplo, porque ambos tenían una característica similar. Conocedores del juego, «poco grito» y hacer de las individualidades de los jugadores (que las había) , un equipo que jugara bien, que fuera a ganar los partidos, que tuviera «personalidad» y mentalidad ganadora. Son dos ejemplos (hay muchos mas), pero a estos los vi trabajar y vi y disfruté a sus equipos en la cancha, en la época de los ´60.

La «camada» que siguió a Independiente diez años después vio ¡en un solo equipo! a Villaverde, Trossero, Clausen, Marangoni, Giusti, Burruchaga y al maestro Bochini, al que disfrutamos casi 20 años con la camiseta del Rojo.

Habrá que trabajar mucho en lo institucional y deportivo. Uno va de la mano del otro.

Son otros tiempos, otra gente, otros objetivos, otros dirigentes, otros técnicos, otros jugadores. Pero por suerte, lo que se mantiene es el fervor del hincha.

Los de mi generación fuimos bendecidos y premiados durante mucho tiempo con el buen juego, las copas, la «mística». Eso ya está en la historia y no nos lo quita nadie. Como dije, la nueva camada de simpatizantes, se merece, que quienes conduzcan al club, lo saquen de este pozo.

Ser del «Rojo» es ser distinto. Tan distinto, como que nunca se nos pasó por la cabeza que nos podíamos ir a la «B». Distintos porque entre todos logramos evitar que los barras ( que también  nosotros tenemos) prevalezcan y cometan disturbios y desmanes.

El sábado 15 de junio de 2013 los simpatizantes, hinchas y «fanas» del Rojo, digna y estoicamente, sufrieron como nunca . Abuelos de mi tiempo, padres con sus hijos, adolescentes incansables con su aliento… Y  al final, lloraron, se abrazaron todos, en el día mas triste en la historia del club. Todavía hoy y ya pasados unos días no lo podemos creer. Es realmente una pesadilla.  Nos tendremos que acostumbrar a esta nueva realidad: Nos fuimos a la «B».

Cuando volvamos a primera, dentro de un tiempo que espero sea lo más breve posible, volveré a escribir aquí y les contaré algunas cosas más que explican el por qué de tanto amor y pasión por mi querido Independiente.

Comienza una etapa inédita. Impensado ¿no?

Quizás, como le dije a mi hijo mayor (para descomprimir el momento y ponerle un poco de humor al asunto), con mis 72 a cuestas, todavía pueda ir con alguno de mis hijos o mis nietos a ver algún partido de Independiente en Misiones, Córdoba, Paraná, Mendoza o Pergamino.

A veces las pesadillas se convierten en realidad, como este presente que nos toca vivir. Espero que el sueño de volver pronto, también.

Un abrazo,

* Martín es un ex futbolista. Hizo las Inferiores de Independiente de la Sexta  a Reserva. Compartió plantel con Bernao, Mura y Pepé Santoro, entre otros. En la foto posa en el estadio, antes de un partido de 1960. Como tantos otros miles de pibes, cuando llegó el filtro para el gran salto a primera, el club decidió no hacerle su primer contrato y allí su carrera se terminó. En cambio, su pasión por el Rojo lo acompaña desde siempre.

Pablo Lisotto

Nació en la Argentina en 1975. Es Licenciado en Periodismo (TEA 1998). En marzo de 2006 creó www.damepelota.com.ar, por el cual recibió diferentes premios y reconocimientos (por ejemplo, fue invitado a los Juegos Olímpicos de Londres 2012). Actualmente cubre la actualidad de Boca Juniors para la sección Deportes del diario LA NACIÓN. Escribió seis libros: "50 Grandes Momentos de los Juegos Olímpicos", "50 Glorias del deporte olímpico", "50 Grandes Momentos de los Mundiales de fútbol" y "50 Grandes Momentos de la Copa América" (Al Arco, 2012, 2014 y 2015. Se pueden leer gratis en este sitio) y "Hazañas y Leyendas de los Mundiales" (Atlántida, 2014) y "Hazañas y Leyendas de los Juegos Olímpicos" (Atlántida, 2016). A fines de 2012 recibió una Mención Especial de ADEPA, en la categoría Deportes. Es especialista en Olimpismo y en Mundiales de Fútbol.

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