Argentina 0 – Estados Unidos 3. Un papelón inolvidable
El 14 de julio de 1995, en la localidad uruguaya de Paysandú, la selección argentina protagonizó una situación bochornosa, de las peores en su historia de Copa América.
Luego de dos triunfos ante Bolivia (2-1) y Chile (4-0) en el Grupo C del certamen en Uruguay, el equipo nacional debía enfrentar a Estados Unidos, un combinado claramente inferior y con escasa experiencia. De hecho, aquella era su segunda participación en la competencia, luego de un debut olvidable en Ecuador 1993 (un empate y dos derrotas).
La cuestión es que con la clasificación y el primer lugar de la zona prácticamente asegurados, el técnico argentino, Daniel Passarella, decidió darles descanso a varios titulares para que llegaran en óptimas condiciones a los cuartos de final.
El entrenador hizo ¡nueve modificaciones! Y sólo dejó, de los habituales “fijos”, al defensor Roberto Ayala y al goleador Gabriel Batistuta.
Tal vez sin proponérselo, el DT argentino menospreció al rival, que había vencido 2 a 1 a Chile en el debut, y había tropezado con Bolivia 1 a 0 en la segunda fecha. Y los norteamericanos no perdonaron.
Grande fue la sorpresa cuando a la media hora de juego Estados Unidos ganaba 2 a 0, gracias a los goles del delantero Frank Klopas, con un derechazo rasante desde la puerta del área, y del defensor Alexi Lalas, que fue a buscar un ‘buscapié’ al primer palo y terminó convirtiendo de taco.
La calculadora pasó a tener un protagonismo inusual en el banco de suplentes argentino. Porque con un tanto más, los estadounidenses se adueñarían del primer lugar por diferencia de goles y modificarían el plan de quedarse en Paysandú para enfrentar a México, para verse obligados a mudarse a la limítrofe Rivera y vérselas con Brasil…
El equipo “albiceleste” formó esa noche de la siguiente manera: Carlos Bossio; Ricardo Altamirano, Ayala, Néstor Fabbri, Gabriel Schurrer; Marcelo Escudero, Hugo Pérez, Marcelo Espina, Marcelo Gallardo; Alberto Acosta y el “Batigol”.
Ni los ingresos desesperados de Ariel Ortega y Diego Simeone lograron revertir el papelón. Y si bien es cierto que la Argentina generó situaciones de riesgo, lo concreto es que no pudo convertirlas. Ni siquiera quiso entrar un cabezazo con destino de red del “Cholo”, que el defensor Mike Burns salvó sobre la línea.
El sopapo final llegó a los 13 minutos de la segunda etapa. Estados Unidos recuperó un balón en el mediocampo, Eric Wynalda condujo el contragolpe y habilitó a Joe Moore. Todo indicaba que el cierre de Ayala sería suficiente, mientras “Chiquito” Bossio también salía a cubrir el arco. Sin embargo, Moore se esforzó para llegar antes que el “Ratón”, logró conectar el balón, eso descolocó a Bossio, y Wynalda, solo en la puerta del área chica, la empujó sin inconvenientes al fondo de la red.
La Argentina recién tomó conciencia de la gravedad de la situación cuando el árbitro brasileño Márcio Rezende decretó el final del partido. Con el 0-3 a cuestas, había que viajar a Rivera, a enfrentar a Brasil. La situación, impensada, caló hondo en el aspecto anímico del plantel, que de todos modos tuvo una muy buena actuación frente al clásico rival. Allí, el conjunto albiceleste ganaba 2 a 1 y dominaba, pero a 9 minutos del final, el delantero Oscar Tulio igualó 2 a 2 después de bajar el balón con una mano alevosa que el árbitro peruano Alberto Tejada no vio. Poco después, Brasil fue más preciso en la definición por penales y la Argentina se despidió de la Copa América del 95.