Carta abierta a Angel Cappa
Estimado Angel:
Como amante del fútbol bien jugado, lamento profundamente que sea usted el que se sume a esa extensa, interminable y cada vez más frondosa lista de entrenadores que son despedidos antes de tiempo.
Evidentemente, más allá de los errores que haya podido cometer, la voracidad y la urgente necesidad de triunfos le impiden a ciertos dirigentes ver más allá del día a día, y posicionarse sólo en el partido que viene. Si gana, aunque sea jugando horrible y con un gol con la mano en el último minuto, sigue. Si pierde o empata, aún jugando bien y mereciendo la victoria, está en duda su continuidad.
Ante ese panorama, resulta hasta sano para su salud que lo despidan. No me extrañaría que en unos meses, semanas, días u horas esté escribiendo algo similar para Claudio Borghi, otro señor con todas las letras, que no merece este destrato generalizado, sobre todo por parte de un sector del periodismo al que llamo «periodismo golpista», que enarbolan la bandera del «si pierde, se va», así vayan cuatro fechas.
Seguramente, aquel pobre muchacho que lo enfrentó y le dijo «ojalá te vaya bien porque sino te vamos a voltear» tras su decisión de no atender más a la prensa después de las 22 debe estar celebrando con sus jefes, que no comulgaban con el «cappismo».
Resulta risueño aquello de que lo hayan querido convencer de que renuncie. ¿Por qué está sembrada esa idea de que está mal que alguien del ambiente futbolístico reclame hasta el último peso de su contrato? Si pensaban despedirlo antes de tiempo, le hubieran ofrecido un contrato de 10 días, con renovación automática mientras gane…
Pero también se entiende por qué River está donde está. Después del último torneo ganado en el Clausura 2008, Simeone, Gorosito, Astrada y ahora usted, fueron echados antes de tiempo…
Lamento profundamente que el fútbol argentino se quede sin su trabajo, sin su pasión, sin sus puteadas, sin su señoría y sin su léxico a la hora de hablar con la prensa.
Evidentemente, el fútbol argentino de hoy no acepta los Cappa, los Borghi, los Menotti, los Tabárez, los Pellegrini, los Pekerman, o los Bielsa.
Es una pena, porque como consecuencia de esto es que hay tanta pobreza visual en los estadios nacionales.
Que encuentre rápido «una nueva ilusión» que le permita ser feliz.
Adiós y gracias
Pablo Lisotto
Hola a todos los que leais este texto, me ha gustado, es interensante con lo que te doy un aprobado y gracias por entretenerme unos minutos, saludos.
No coincido con el punto de vista del autor. Nada se pierde el campeonato ni el fútbol porque se aleje Cappa, un entrenador altamente violento, provocador, que insulta sin parar a jueces, contrarios, jugadores… que no acepta crítica ni hace autocrítica. Ni siquiera entrea ni deja que sus propios jugadores entrenen ohagan musculación, so preexto de que lo único que importaes la pelota. El deporte de alto rendimiento, cualquiera seay en cualquier sitio del Mundo, requiere preparación, trabajo, menos verso y mucha calma. Serenidad, humildad, trabajo son palabras que no van co Cappa.
Pregunta: ¿ganó algo algun vez este señor?
Pablo,
Coincido que Cappa no es el culpable de todos los males de River, y que dentro de todo saco bastantes puntos, esto viene desde hace rato.Es obvio que si hubiese ganado contra Gimnasia y Quilmes de local, o el arbitro hubiese cobrado el gol de Funes Mori contra Godoy Cruz,la gente y los directivos se la hubiesen bancado mejor.
Pero River en la situacion delicada que esta, estaba entrando en un agujero en el que no se veia la luz, y los hinchas y muchos dirigentes, creo que optaron por no esperar a ver que pasa y decidieron actuar.
Creo que era lo correcto, aunque no se vea bien.Quzias en el futuro Cappa pueda volver en un ambiente mas tranquilo.