Charla en DeporTEA: un sueño hecho realidad
Crédito de la foto: Agustina Jaurena.
Tal vez este post les resulte algo pavote. No los juzgaré por eso. Incluso, les pido disculpas.
Sucede que siento la necesidad de contar una experiencia que viví ayer poco antes del mediodía.
TEA y DeporTEA, la escuela de donde egresé como periodista, me invitó a dar una charla a los alumnos de primer año de DeporTEA, en el marco de la materia IPIDEP. ¿La excusa? “Nuevos medios / medios de autogestión”.
Gracias a los colegas y profesores Diego Borinsky y Sergio Núñez, entre otros, ya había ido a mi escuela a dar charlas a distintos alumnos, pero el contexto era otro. El auditorio de la escuela o salas propiamente dichas. Nunca en el Paseo La Plaza ante todo primer año. Hasta ayer.
Siempre me sentí querido y respetado por mi escuela. Siempre. En mis tres años como alumno (1996-1998) y en mis diez años como responsable de la sala de redacción y editor de la página web (1999-2009). Pero aún cuando fui nominado al premio Estímulo en 2009 y fui considerado para la edición 2012 (quedé afuera por ser mayor de 35 años), me faltaba esta invitación. Esa suerte de reconocimiento a mi carrera profesional por parte de mi escuela. Sentirme “importante” al punto de ser considerado para dar una charla a alumnos de primer año, con toda la responsabilidad que eso implica sobre qué decir y cómo compartir la experiencia personal
Crédito de la foto: Agustina Jaurena.
De eso se trató la charla, y no soy quien para juzgar si el aporte que di junto a los amigos de Nos Digital y Augol.com fue positivo o no. En lo personal me fui conforme.
Aún con diferencias en cuanto a los tiempos que se tomaron para implementar modificaciones en el aspecto académico de cara a las nuevas herramientas que tiene hoy el periodismo o en decisiones que haya compartido comparta o no con las autoridades de antes y de ahora, me siento completamente identificado y tengo la camiseta puesta de TEA y DeporTEA. Esa escuela, MI escuela, marcó un antes y un después en mi vida y en mi carrera profesional. Y eso no se olvida. Por eso, y porque en 13 años inolvidables dejé grandes amigos allí dentro, cada tanto paso a saludar con la alegría de aquella primera vez de noviembre de 1995, cuando fui a anotarme.
Muchas gracias a quienes consideraron que yo podía ser útil para formar parte de la charla de ayer. Para mí fue inolvidable.
Como dije antes. Tal vez este post les resulte algo pavote. No los juzgaré por eso. Incluso, les pido disculpas.