El día que Michael Phelps se convirtió en leyenda
Decir que será imposible superarlo sería hipotecar las ilusiones de volver a ver un monstruo de características similares al personaje del día en Londres 2012.
Sin embargo, lo que ayer logró el estadounidense en las piscinas británicas no tiene comparación. Y para dejar más en claro lo expuesto, ninguno de los siguientes 26 de ese listado que domina el oriundo de Baltimore está en actividad y mucho menos en Londres 2012.
Phelps sumó dos medallas olímpicas más a su colección, lleva tres en suelo británico, llegó a las 19 y se convirtió en la persona que más preseas ganó en toda la historia de los Juegos Olímpicos. Nada menos que 15 son de oro, dos de plata y otras tantas de bronce. Una locura. Un desubicado el tipo.
Segunda en el escalafón queda la gimnasta soviética Larisa Latynina, que dominó esta plusmarca durante 48 años. La soviética había cosechado 6 medallas en Melbourne 1956, otras tantas en Roma 1960 y la misma cantidad en Tokio 1964. Al igual que aquél récord de 7 oros que había logrado Mark Spitz y que Phelps mejoró en Beijing 2008, otra vez el Tiburón de Baltimore se entromete con la historia y deja atrás una marca legendaria.
Sólo hay que ser un agradecido por ser contemporáneo de este tipo de bestias del deporte. Y disfrutarlo estos puñados de días más antes de que se despida para siempre de la alta competencia.