15 años sin Senna

Este viernes se cumplen 15 años de la trágica muerte de Ayrton Senna da Silva, uno de los pilotos más carismáticos de la historia del automovilismo.

El accidente:
Durante el GP de San Marino (tercera de la temporada ´94) Senna perdió el control de su Williams Renault y no pudo doblar en la famosa y peligrosa curva Tamburello. La consecuencia fue durísima: el auto del tricampeón mundial de F-1 se estampó contra el muro de contención, a más de 300 kilómetros por hora. El brasileño, inconsciente, fue asistido al instante, se le practicó una traqueotomía en plena pista y fue llevado en helicóptero al hospital de Maggiore de Bolonia, donde permaneció en coma algunas horas, hasta que murió.

El funeral:
Fue uno de los entierros más multitudinarios de la historia de Brasil, donde grandes y chicos, y ricos y pobres lloraron a su gran ídolo. Su ataúd fue llevado por las calles de São Paulo en un coche de bomberos, seguido por más de dos millones de personas. Fue enterrado, con honores de jefe de Estado, en el Cementerio de Morumbí, de dicha ciudad brasileña, y a su funeral concurrieron pilotos de la talla de Jackie Stewart, Emerson Fittipaldi, y Ron Dennis, y hasta su gran rival en las pistas: el francés Alain Prost. La actriz y animadora infantil Xuxa, ex pareja del malogrado corredor, fue una de las más consternadas.

Senna fue (es), quizás, el deportista brasileño más querido en la Argentina. Porque más allá de la constante pica que hubo, hay y habra con el país de los pentacampeones mundiales de fútbol, y más allá de la dicotomía Pelé-Maradona, lo que Senna le demostró tanto a argentinos como al resto del mundo su enorme respeto y cariño por Juan Manuel Fangio, el enorme quíntuple campeón de Fórmula Uno nacido en Balcarce, provincia de Buenos Aires.

Precisamente, Fangio siempre se mostró como un padre del brasileño. Y hasta declaró en varias ocasiones que si alguien fuera a superar su record de títulos en la F-1, le agradaría que fuera Ayrton. No pudo ser. Apenas el Quíntuple vio el choque, declaró: «Se mató», apagó el televisor y no quiso saber más nada del asunto.

La muerte de Senna fue la última gran tragedia de la Fórmula Uno. Luego vinieron cambios en los circuitos, reducciones de velocidades y mejoras en todo sentido.

Pero Ayrton Senna, el último gran ídolo de la máxima categoría del automovilismo mundial, ya no estaba para experimentar esos cambios. Y para seguir agrandando su enorme figura.

Una verdadera pena.

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