A 25 años de Argentinos campeón de América
Se cumplen 25 años de la coronación como campeones de la Copa Libertadores; Enrique Vidallé, Adrián Domenech y José Yudica se reunieron para recordar aquel inolvidable logro para el club de La Paternal, en el cuarto envío de Cancha Retro.
Si bien en el fútbol no siempre el que merece ganar una competición lo logra, en ciertas ocasiones se genera una sensación de justicia. Esto ocurrió con Argentinos Juniors en 1985, que jugó la Copa Libertadores de aquel año como un campeón y logró el objetivo, hecho del cual pasado mañana se cumplirán 25 años.
Convocados por LA NACION , Enrique Vidallé, Adrián Domenech y José Yudica, tres íconos de aquel plantel, se reunieron en el Museo del club de la Paternal, para volver a ver de cerca la Libertadores y revivir el día más importante en la historia del Bicho.
Domenech toma el balón e inicia el recorrido por el andarivel de los recuerdos: «Nosotros veníamos de ser campeones del Metro 84 y del Nacional 85, pero queríamos demostrar, y demostrarnos, que podíamos hacer algo importante a nivel internacional. Que no éramos sólo un equipo de cabotaje.»
Luego de una difícil primera fase y unas semifinales dramáticas con Independiente, el Bicho llegó a la final ante América de Cali. En el partido de ida, Argentinos ganó de local 1 a 0, y perdió por igual resultado en Colombia.
José Yudica recuerda el partido en Cali: «Aquello fue una vergüenza. Nos anularon tres goles. Tendríamos que haber hecho un reclamo». Y Domenech asegura: «No había forma de que ganáramos esa noche».
La igualdad en todo derivó en un partido desempate en cancha neutral (el anteúltimo de la historia de la competición).
«La definición en Paraguay fue uno de los partidos más difíciles de mi carrera, porque nosotros no estábamos bien físicamente, y eso me preocupaba», rememora Yudica.
Y fue en Asunción donde, tras el 1 a 1, Enrique Vidallé se vistió de héroe.
«En la definición por penales me tenía fe. Sabía que uno iba a agarrar», recuerda Quique. Y agrega: «Decidí tirarme en todos para la derecha, esperando que alguno de ellos se equivocara. Y tuve la suerte de que uno (Anthony De Avila) efectivamente se equivocó, la tiró para mi lado y se lo saqué. Algunos compañeros ya festejaban, pero faltaba que la metiera el ´Panza´.»
«El único que podía patear ese último penal era Videla, por su personalidad. Lo de él era un caso muy raro. En los momentos más difíciles, él más tranquilo estaba», explica Yudica.
Vidallé confiesa: «Yo no le di la trascendencia que tenía en ese momento. Era una copa más. Porque nuestro equipo salía a ganar lo que fuera». Pero enseguida reflexiona: «Es muy difícil ganar una Copa Libertadores para un club como Argentinos Juniors. Esto no es Boca o River. Y lo mismo pasó con la Interamericana. ¿Quién se enteró que Argentinos la ganó en Trinidad y Tobago? Nadie».
La inolvidable final con Juventus
En diciembre, en la definición de la Copa Intercontinental, Argentinos debió enfrentar en Tokio al poderoso equipo de Juventus de Italia, con el francés Michel Platini y el danés Michael Laudrup, entre otras figuras.
«Fue el partido que más sufrí en mi vida. Faltaban nueve minutos y estábamos 2 a 1. Nos mirábamos con el médico y decíamos ´Ya está con nosotros`. Pero cuando nos empataron, sentí que ya no la ganábamos más», se lamenta Yudica.
En tanto, Vidallé, que en la definición por penales le detuvo un tiro nada menos que a Laudrup, analiza: «No es nada fácil llegar a jugar en Tokio. Pero yo no pude disfrutar esa final, porque quería ganarla. Tal es así que no la vi nunca más en mi vida, ni la pienso ver. Todavía me da bronca.»
En un gesto infrecuente, y en reconocimiento al fútbol desplegado por Argentinos Juniors, Michel Platini, que intercambió su camiseta con Vidallé, le pidió a sus compañeros que para recibir la copa se pusieran la casaca del equipo de la Paternal. Por eso, en las fotos de la primera copa Intercontinental que ganó Juventus se ve a los jugadores del equipo italiano con la remera roja.
Pese a la derrota, Domenech resalta: «En las estadísticas van a estar siempre los nombres de los campeones, pero no todos están en la historia. Y nosotros, pese a perder con Juventus, estamos en la historia. Porque todos los partidos, los que ganamos y los que perdimos, los jugamos respetando el estilo histórico de Argentinos Juniors, que está bien lejos de querer ganar a cualquier precio. Y esa fue la clave del éxito de esa etapa.»
La contracábala de Domenech
«Yo tenía como cábala que mis viejos no vinieran a la cancha a verme. Pero terminó siendo una contracábala para ellos a mis espaldas, porque mi vieja fue a todos los partidos sin que yo supiera, salvo alguno en Brasil y el de la final en Colombia», cuenta Domenech. Y agrega: «Para el desempate en Paraguay, ella se tomó un micro, tardó dos días y llegó a Asunción sin saber ni dónde estaba la cancha. Aún no sé bien cómo, pero terminó entrando con la hinchada nuestra. Cuando me entregan la Copa Libertadores como capitán del equipo, veo que a lo lejos viene todo un malón de gente con algo en andas. ¡Y era mi vieja!. Y yo al grito de ´pará que me la van a destruir´. Así que me dieron la copa y a mi mamá al mismo tiempo. ¡Bingo!».
La otra Interamericana
Recuerda Vidallé: «Cuando jugamos la Interamericana en Trinidad y Tobago, yo estaba cerca de retirarme. Entonces cuando salimos campeones, los muchachos deciden regalarme la copa, a modo de homenaje. Pero resulta que no había copa. ¡No existía! ¡Ni la habían llevado al estadio! Una vergüenza. Entonces alguien salió a recorrer las calles a comprar un trofeo. Y en la cena me regalan ese trofeo, que para nosotros fue por siempre la Copa Interamericana, hasta que hace unos años vi la verdadera acá en el museo y no lo podía creer.»
El maleficio colombiano
Ante Argentinos Juniors, América de Cali inició una racha inédita de cuatro finales de copas Libertadores perdidas. Las otras fueron contra River (1986 y 1996) y frente a Peñarol (1987). Además el conjunto caleño, que aún nunca pudo ser campeón del torneo, llegó a semifinales en otras cinco ediciones.
Publicada en la contratapa del suplemento deportivo del Diario La Nación del viernes 22 de octubre de 2010, y en canchallena.com