Atrévase a soñar
El triunfo sorpresivo de Suiza en el primer partido ante España había derrumbado la gran teoría del pueblo chileno. Es decir “España y Chile ganan sus dos partidos, definimos el primer y segundo lugar en la última fecha y listo. Vamos a quedar segundos y nos va a tocar Brasil.”
Esa hipótesis se desmoronó rápidamente y ahora el segundo partido se vivía con mucha más tensión y nerviosismo que si se hubiese cumplido el presagio. Ese que aseguraba la clasificación pero que desde una óptica conformista y pesimista ponía a la roja en el segundo lugar del grupo enfrentando en octavos a Brasil. Ahora que había más chances de quedar primeros del grupo y evitar a los pentacampeones, los hinchas se sentían más inseguros. La gente tenía mayor temor que cuando se autoconvencían, sin fundamento alguno, de que tenían el segundo lugar asegurado. ¿Quién los entiende?
Todo esto hacía que la previa se viviera sin tanto ruido y que a Suiza se le temiera más de lo debido. Esta vez la procesión iba por dentro y todo comentario era cauteloso, temeroso. “Que estos se meten atrás”, “que no reciben un gol desde USA’94”, “que le dicen el cerrojo suizo”.
Por suerte para todos, el equipo parece que va unos cuantos pasos adelante de la hinchada en cuanto a mentalidad ganadora. Fue protagonista, respetó su filosofía de juego, salió a atacar desde el inicio y triunfó.
El partido se vivió a puro nervios, pero finalmente tanto sufrimiento tuvo su premio y con un gol del “Chico Mark” como le dicen acá a Mark Gonzalez, a 15 minutos del final, “la Roja” ganó y la gente volvió a festejar. Esta vez, mucho más que en el primer partido, con más fervor, con más ruido, con más color, con más desahogo… y con más temor por el partido que viene.