El nuevo Roger, el viejo Federer
Es evidente que el suizo Roger Federer necesitaba plantearse nuevos desafíos para recuperar la motivación y agrandar aún más su extraordinaria carrera.
Es por eso que el hecho de haber perdido el liderazgo del ránking mundial a manos de Rafael Nadal, no sólo lo hizo reaccionar en lo deportivo, sino que además le ocasionó un cambio de imagen positivo, gracias a que ahora juega más distendido y disfruta cada punto.
No es para nada común que el suizo sea tan expresivo en sus festejos. Tampoco se lo ha visto tan seguido revolcándose por el piso tras el punto final consagratorio. Pero todo eso sucedió ayer, en la final del Abierto de Estados Unidos.
Ante el público de Nueva York, que lo adora, Roger Federer aplastó al escocés Andy Murray 6-2, 7-5 y 6-2, y alzó su quinto (¡quinto!) trofeo consecutivo de campeón del US Open, estableciendo un récord absoluto en suelo estadounidense. Curiosamente, también fue el primer (y único) torneo de Grand Slam que ganó en este 2008, que arrancó con una complicada mononucleosis, que le ocasionó iniciar la temporada de mala manera física, y restando puntos en el ránking.
Pero es evidente que mientras asoma un nuevo Roger (más «humano», más simpaticón, más alegre, más distendido), el viejo Federer (el implacable, el imbatible, el arrollador) demostró que está más vivo que nunca, y que además de intentar cerrar este año de la mejor manera posible, ya piensa en sus principales objetivos para 2009: recuperar el número 1 del mundo, alzar de una buena vez al trofeo de campeón de Roland Garros, e igualar (y luego, seguramente, superar) el récord del enorme Pete Sampras en títulos de Grand Slam (lleva 13 y está a sólo uno).
«Esto me hace sentir invencible otra vez», declaró poco después de la entrega de premios.
Bienvenido nuevo Roger. Gracias viejo Federer, por demostrar tu vigencia.
Fotos: LaNación.com Diario Olé y Diario Marca