Entrevista a Paula Ormaechea
A mediados de octubre le realicé una entrevista a Paula Ormaechea, la mejor tenista latinoamericana del momento.
Me encontré con una piba tan sencilla como frontal, y sin pelos en la lengua. Que dice lo que piensa y se hace cargo de las consecuencias con valentía. Y todo eso, con apenas 21 años.
Parte de la charla de casi una hora que tuvimos en el Vilas Club salió publicada el 23 de diciembre en canchallena.com. Pero hubo otro material muy valioso, con conceptos que merecen ser difundidos, que quedó en el duro e inevitable camino de la edición.
Aquí, entonces, les comparto el ida y vuelta de preguntas y respuestas completo.
Arrancaste el año 136º y lo terminás 62º. ¿Cuál es tu balance?
En general no me fijo mucho en el ránking. Empecé 136 pero casi enseguida pasé a estar 198, con peligro de 230, y en todo momento sólo me preocupé en seguir entrenando para crecer y mejorar. Gracias a Dios pude pegar el salto para llegar adonde estoy hoy. Fue un año movilizante. Meterme en el famoso top 100 y subir lo máximo posible era lo que quería, pero pasaron muchas cosas en el medio, y todo me ayudó a fortalecerme. Estoy contenta, y también ocurre que cuando te metés más y más, a veces cuesta poner un freno para hacer justamente el balance y darse cuenta de todo los logros. Era algo que buscaba, así que creo que termino un muy buen año.
El papá de Roger Federer alguna vez le dijo a su hijo que para poder vivir del tenis tenía que mantenerse dentro del Top 50, ¿es tan así en el tenis femenino?
¡Federer se lo tomó bien en serio! (risas). En las mujeres es parecido, pero el margen se achica. En nuestro caso tenés que ser una top 30 para no tener urgencias económicas, porque, salvo en los Grand Slams, en el resto de los torneos reparten mucho menos dinero que en el de los hombres. Por ahora no pienso cómo hacer para vivir del tenis, simplemente hago lo que me gusta y me siento feliz y cómoda de poder pagarle a la gente que trabaja conmigo.
¿Cómo te adaptaste al acercamiento de los medios?
Por momentos es difícil porque también me gusta estar tranquila y no tener ese tipo de obligaciones. Pero no queda otra que adaptarse, porque viene con lo que hago. Es bien acompañado y bienvenido sea. Ahora de alguna manera la gente me reconoce más, y eso me gusta porque eso significa que algo estaré haciendo bien, je.
¿Hubo alguna repercusión después de aquellas declaraciones tuyas en las que de alguna manera criticabas la calidad del tenis femenino?
(Se fastidia) Creo que aquello lo llevaron para el lado de siempre, buscándole la vuelta para lo polémico. Yo dije que no pagaría por ver a todas las tenistas del circuito. Y de hecho les pregunté entonces a los periodistas si ellos lo harían con los varones y lógicamente me dijeron que no. Me parece ridículo decir otra cosa. A los dos o tres días ya se habían olvidado del asunto, pero con un par de palabras que pusieron de más, le cambiaron el sentido a mi frase y la dieron vuelta para buscar la polémica.A mí me gustan determinadas jugadoras, y entonces voy y las veo, y si no me gustan no tengo obligación de ir a verlas a todas. Es lo mismo que a vos te pregunte ¿irías a ver todos los jugadores de ATP? Claro que no. Bueno, a mí tampoco me gusta ir a ver a todas las jugadoras de la WTA.
Tal vez lo que llama la atención es que lo dice alguien que forma parte del circuito…
Es que yo soy una persona normal como cualquier otra, con la diferencia de que tengo una raqueta y me ha ido masomenos bien como para poder jugar al tenis de manera profesional. Pero en todo lo demás somos iguales.
Más allá del nivel de juego, en comparación con los varones, en el tenis femenino hay menos figuras y más inestabilidad.¿Notás eso? ¿A qué se puede deber?
No estoy del todo segura, pero creo que la mujer es más inestable, sobre todo física y emocionalmente. Y el tenis de alto nivel es un deporte que lleva mucho esfuerzo y desgaste. Lo que ocurre es que tal vez antes había más estabilidad en el top 10 o top 20. Entraban y era más difícil sacarlas. Lo que creo es que el tenis femenino está en una etapa de transición que a lo mejor llevará unos años. hasta que se estabilice, con varias chicas que vienen de abajo con mucha fuerza.
¿Y ahí aparecés vos?
¡Dios quiera! La verdad es que es un camino muy largo y estoy dando los primeros pasos. No me quiero subir a ningún lado antes de tiempo, pero a eso apunto.
Además, no falta mucho para que se retiren las Williams, que hoy dominan la escena
Según ellas, no se van a retirar nunca. Aman lo que hacen y es lo que mejor saben hacer. Debe ser un momento complicado. Creo que han sabido administrar muy bien los años y no han tenido mucho desgaste. Ellas eligen qué torneos jugar. Cuando eran 1 y 2 habían jugado 10 torneos en el año y los habían ganado todos. Y todavía siguen dominando. Son muy superiores.
¿Cuál es su secreto?
Ya de por si, siempre se dijo que los atletas negros son físicamente superiores. Pero, (se baja los lentes y abre los ojos) ¿vos viste lo que son? ¿Viste esos físicos? Los ves y te imponen un respeto. Son imponentes, realmente imponentes. Algunos dicen que Serena es gorda. ¡Por favor! Yo la he visto en el vestuario sin top y no lo podés creer. Es todo fibra. Se le marcan todos los abdominales… Es tremendo. Y además tienen una potencia… Nunca jugué contra Serena, pero debe ser terrible, impactante. ¡Te pega esos gritos! El día que me toque enfrentarla, le doy la mano, le digo “bien jugado” y me voy a mi casa (risas). Pero también se mueve muy bien en la cancha, empezaron a los 16 o 17 años… Son más de 15 años de actividad. Y se han ganado un enorme respeto de sus rivales.
Está claro que las Williams para vos son un ejemplo a seguir. ¿Qué pasó cuando te tocó enfrentar a Venus, por la primera rueda de Roland Garros 2012?
Yo nunca miro un cuadro antes de un torneo, pero esa vez lo miré. Me buscaba, me buscaba y no me encontraba… hasta que veo Venus Williams versus. Paula Ormaechea. Y no lo podía creer. Habiendo 127 jugadoras, y justo a mí me tocaba jugar contra ella… Unos días antes casualmente me las había cruzado y charlamos. Al principio fue una emoción de locos, realmente increíble. Pero una vez que empezó el partido era una rival más, a la que le quería ganar. Imaginate si le ganaba. Para mí hubiese sido la hazaña de mi vida. En la cancha se me pasó, pero fue una experiencia inolvidable haber jugado contra ella, y haberlo hecho en el estadio donde lo hice (el court central Philippe Chatrier).
¿Pudiste contarle aquella anécdota de que cuando eras chica te querías pintar la piel de negro para imitarlas?
Si, le conté. Tuvimos una reunión el año pasado en la gira previa al US Open, en Cincinnati. Al principio no quería decirle, pero me animé. Y fue muy gracioso porque me decía “¿En serio? ¿Vos estás loca? ¿Qué se te cruzaba por al cabeza?”. Yo quería ser negra, y la única manera que lo pensé posible era pintandome la piel. Imaginate que esto fue a los 5 o 6 años, con toda la inocencia que uno tiene a esa edad. Lo que sea por ser negra. Se moría de la risa. Y me acuerdo que ponía cara como diciendo “esta piba está muy loca”.
Tuve esa reunión con ella, me contó su historia de vida, sus experiencias y me puso tantas pilas que cuando terminó quería salir a correr y entrenarme mucho más porque me dije “Yo quiero ser como esta chica”. Me motivó de una manera increíble. De por sí yo amo lo que hago y me niego llamarlo “trabajo”. Y quiero ser como ellas. Más ganas me daba de intentar ser como ellas. Y a la vez, cuánta humildad me demostró. Con todo lo que ganó, una de las mejores de la historia, y aún así te podés sentar con ella y charlar como con una amiga. A partir de entonces, cada vez que me las cruzo nos ponemos a charlar y nos reímos. Y eso no tiene precio.
En un momento cuestionaste el hecho de que el tenis femenino se haya convertido en algo más visual, que la gente y algunas empresas se acercan a las tenistas por la belleza y no por el juego en sí, ¿cómo te adaptás a eso, porque me da la sensación de que hoy por hoy es inevitable?
La mujer se preocupa mucho por cómo se ve. No sólo en el tenis sino también en la vida. Por como soy yo, la verdad que le evito a todo eso. Al que no le guste como soy, que no me mire. La hago muy fácil. Y si no le gusto a nadie, bue, estaré así. Por lo que yo veía por la tele, ahora hay cosas que cambiaron. Por eso me impacta más. Y quizás me pasa qe ahora veo las cosas desde adentro. No sé si se nota, pero muchas jugadoras han perdido peso en los últimos años. Se las ve mucho más flacas, como que se cuidan más en lo estético que en lo deportivo.
Atraídos por tu imagen o por tu belleza, ¿se te ha acercado alguna empresa por fuera de lo tenístico para proponerte algún negocio?
Por el momento sólo se han acercado marcas deportivas. Habrá que ver qué pasa más adelante, y habrá que analizarlo en su momento. No sé hasta qué punto los negocios extra tenis afectan al juego en sí, porque a la vez sirve para distraerse. Está el caso de los caramelos SugarPova de Sharapova, e incluso Serena tiene su línea de ropa y de carteras, y así y todo es la número uno del mundo
¿Qué encontrás en Sunchales cada vez que vas?
Encuentro tranquilidad, me desenchufo del ambiente y del ritmo del circuito. Aprovecho estar en casa y que me mimen, me cocinen, me laven la ropa. Pero estoy muy acostumbrada a no ir a mi casa. Aunque extraño a mi famila, la paz de mi ciudad. Es un lugar muy lindo, pese a que no soy muy amante de la tranquilidad porque estoy acostumbrada a estar en un ritmo frenético todo el tiempo, pero volver a casa siempre es lindo, ver a la gente que conozco desde siempre, disfrutar de todo lo que es la vida fuera del tenis.
Y durante el año, en pleno ritmo de competencia, ¿encontrás lugares o momentos para bajar un cambio y disfrutar lo que vas logrando?
Es difícil. La verdad es que durante los torneos uno trata de disfrutar. Ahora estoy más abierta. Antes estaba todo el tiempo encerrada y no salía a pasear, a conocer, y en realidad lo que notaba era que a lo mejor me perdía de cosas y lugares que no sé si voy a volver a visitar. Y aparte es muy desgastante estar las 24 horas pensando en tenis, en el partido, en los rivales, en los entrenamientos… Entonces a veces me ayuda pensar en otras cosas y buscar distracciones para relajar un poco.
¿Y las Fiestas las pasás sola? ¿Extrañás a la familia?
Hace años que no paso las Fiestas con mi familia. Realmente no recuerdo cuándo fue la última vez. Obviamente que es lindo pasarlas con la gente que querés, pero yo elegí esta actividad y este tipo de cosas son las que sacrifico. Cuesta, pero ya me acostumbré y no me molesta. De hecho, creo que este año pasaré la Navidad arriba de un avión, pero sé que es porque voy a competir, así que no hay problema.
Durante los torneos y los viajes, ¿hay una suerte de cofraternidad entre los tenistas argentinos del circuito, o cada uno está en la suya?
Yo siento es que son muy unidos. Sobre todo los grupos de argentinos, españoles y brasileños. Está bueno. Cuando en algún torneo surge salir todos juntos, o bien jugar a las cartas o simplemente charlar, me sumo y la paso realmente bien, porque lamentablemente ahora no hay otra chica que esté viajando en el circuito. Todos me ofrecieron mucha ayuda y me integraron muy rápido al grupo. No tengo palabras de agradecimiento porque me hacen sentir muy cómoda. Estoy entrando en un círculo en el que antes no estaba y me gusta mucho, porque además al tener más experiencia que yo me permiten aprender de ellos todo el tiempo. Me llevo bien con todos y me divierto mucho, que es lo principal.
Fuera del tenis, ¿qué cosas te entretienen?
Me gusta mucho leer, mucho mucho escuchar música, que creo que es lo que más me gusta. Me gusta todo lo que es deportes, ver películas… En general, cosas que me den tranquilidad.
¿Cómo asimilaste el retiro de David Nalbandian?
La verdad es que me puso muy triste, más allá de que de alguna manera todos esperábamos esa decisión porque hace rato que no podía salir de sus lesiones. Pero me entristece que no esté más en actividad porque me llevo muy bien con él, le tengo un enorme cariño, me parece una gran persona. He tenido oportunidad de juntarme a comer con él y reírme como nadie porque es una persona muy divertida y con miles de anécdotas. Te sentabas y no querías dejar de escucharlos. La verdad es que es una lástima, creo que el tenis pierde una gran figura. Desgraciadamente su físico dijo basta y le agradezco por todas las horas que pasé frente al televisor sufriendo y poniéndome muy nerviosa viéndolo jugar, pero a la vez disfrutándolo. Así que gracias por eso.
Y con su retiro se terminó la Legión
Exactamente. Se fue el último que quedaba. Y arranca otra, que ojalá que sea tan fuerte como esa
A veces, por la exigencias de propios y ajenos, no se termina de valorar lo logrado. Hemos tenido 4 tenistas en el top ten de la ATP y tal vez no se disfrutó esa etapa. Desde adentro, ¿cómo se toma eso? ¿Cómo se acostumbra uno a las críticas constantes, más allá de alguna constructiva que haya por ahí?
Mucha gente habla de afuera, pero nunca se van a poner realmente en el lugar del que está jugando. Es como cuando juega Argentina: “La defensa esto, la defensa lo otro”. Chicos, si están ahí jugando con la camiseta argentina, seguramente algo bueno harán. Es muy fácil criticar desde el sillón, ¿no? (se fastidia) Eso a mí no me gusta nada. Me molesta. Trato de no escuchar, ni leer, ni nada. Como deportista, me pone muy mal, porque una sabe el esfuerzo que tenemos que hacer para estar ahí, y que la gente fácilmente desde su casa lo único que haga sea criticar, es muy fácil. Es como si yo me sentara y te dijera: “No, loco, no hacés nada bien, no hacés una nota bien. Sos un desastre.” Y en realidad no tengo idea de lo que estás haciendo vos, ni del esfuerzo que hiciste y hacés para estar ahí. Ese es el fanatismo del argentino.
Y cuando ganás un torneo…
Ahí somos todos los mejores. Como le pasa a Juan Martín (Del Potro). Ahora todos lloran y hablan bien de él y lo elogian porque tuvo muy buenas actuaciones, pero antes, cuando estuvo lesionado o cuando no jugó la Copa Davis, lo mataron, pobre.
¿Se entiende como profesional esa decisión?
Yo como tenista lo entiendo. La verdad que no puedo juzgarlo, porque sus motivos son sólo suyos. Pero lo banco a él y a todos. Sé lo difícil que es, y más en hombres que tienen un calendario mucho más ajustado, lo desgastante que es el año. Y si realmente él tiene el sueño de ser número uno del mundo, adelante. Yo persigo el mismo sueño y lo entiendo. Y si algún día, ojalá no pase, a mí me pasa lo mismo que a él, ojalá entiendan cuál es mi decisión y comprendan que una no lo hace de mala persona o porque no quiere al país, simplemente porque está persiguiendo algo para lo cual necesita volcar muchísimo más. por más que lo comparen co Djokovic o Nadal, que juegan la Davis y pelean por el número uno. No hay comparación, porque no son todos los seres humanos iguales. (otra vez se fastidia) Eso es lo que la gente no ve. “Ay, no, pero ellos juegan la Davis y está 1 y 2, y él no juega y está 7”. No tiene nada que ver. No importa,. No son la misma persona. Eso quizás molesta. Esas críticas que no suman. El público argentino es muy fanático, que quiere que todos ganemos todo, y a veces no se puede, porque no somos campeones del mundo. Y después están los que esperan la derrota para decir: “Pecho frío, está 5 del mundo.” Por favor… ¿Cuántos juegan y cuántos quisieran estar 5 del mundo? Miles y miles en el mundo. ¿De qué estamos hablando? Además, el nivel es cada vez más alto. Los que están arriba se matan adentro de una cancha, y Juan Martín demostró estar a la altura de ese nivel y más. Pero claro, “pecho frío, perdió la final con Djokovic 7-6 en el tercero…” Dale, esas cosas son increíbles…
Yo a Juan lo admiro mucho. Me parece un gran jugador. Como persona también. Con todos los jugadores tengo una muy buena relación
¿Y con las redes sociales cómo hacés?
Trato de controlarme porque a veces escriben cada estupidez. El otro día había uno que me discutía que las mujeres ganan lo mismo que los hombres. Una cosa increíble. Ojalá ganáramos lo mismo. De 30 torneos que se juegan al año, en solo 4 ganamos lo mismo.
¿Te incomoda o te mete presión que a veces se te nombre como “la sucesora de Sabatini”?
Para nada. Me encanta. Todo lo contrario. Es una inspiración. Ojalá pueda lograr todo lo que logró ella. Yo sueño con llegar a lo más alto, y ella estuvo 2 del mundo así que… No la vi jugar porque cuando se retiró yo era muy chica, pero es admirable lo que hizo. Que haya estado ahí. Viajás por todos lados y te dicen “La próxima Gabriela Sabatini”. Ojalá, Dios te escuche, les respondo yo, jajajaja. ¿Sabés qué? ¡Te lo firmo ya mismo! ¡Compro!. Gaby está muy bien considerada en todo el mundo. En todos lados la recuerdan con mucho cariño y lo manifiestan. No escucho más que buenas cosas de ella. Así que ya firmo el contrato que me garantice que voy a ser la 2 del mundo (risas). Me la crucé una sola vez en Mar del Plata, durante una Fed Cup, cuando yo debutaba. Tenía 15 años y ni le hablé, sólo la saludé. Nunca tuve la posibilidad de decirle que es una genia, así que si lo lee, que lo sepa (risas).
Dentro del tenis, tu sueño es luchar por llegar lo más alto posible en el ránking, ¿Y fuera del tenis?
Hay algo que me encantaría poder cumplir es ser piloto de avión. Justo tengo unos amigos que están haciendo las horas de vuelo y me dan unas ganas bárbaras de sumarme a ellos. Pero todavía me quedan muchos años en el tenis para llegar a eso. Otra cosa que me encantaría es algo que depende de cómo me vaya a mí en el tenis, pero me encantaría poder tener una fundación para ayudar a la gente. Me encantaría poder ayudar a las personas que lo necesitan. Hay tanta gente que necesita apoyo, que realmente me gustaría ayudarla, para de alguna manera retribuir todo lo que a mí me ayudaron a lo largo de mi vida.
¿Qué es ganar?
Ufff. ¡Qué pregunta! Ganar, para mí, es poder venir a entrenar todos los días y hacer lo que me gusta, y hacerlo en el nivel que creo estar haciéndolo. Y poder trabajar con mi equipo, para seguir mejorando todos los días un poco, creo que eso es ganar. No se gana por lo que se hace dentro de la cancha, sino por todo lo que se hace afuera.
¿Y perder?
Es lo peor que se puede pasar, je. Yo aprendí mucho últimamente de las derrotas. Antes era una persona que perdía y no lo soportaba, ni podía hablar con nadie, ni mirar a la cara a nadie. Hoy aprendí a perder. Se pierde más de lo que se gana, y es algo que te ayuda a seguir y a mejorar. Me pasó en el torneo de Guangzhou. Fue una de las peores derrotas de mi vida (cayó en primera rueda por 6-2 y 6-1 ante la taiwanesa Hsieh Su-wei, 86º del mundo), porque además yo estaba muy mal psicológicamente, y poder tener cerca a Juan Pablo, mi entrenador, fue una de las mejores cosas que me pasó, porque pese a perder, él me hizo notar muchísimas cosas que no eran como yo las creía o pensaba o hacía. Y todo eso fue porque perdí, porque si ganás no tenés esa charla, que realmente me cambió mucho. Ese día aprendí a perder. Además, cuántas semanas se pierde y cuántas se ganan, ¿no?
¿Qué es el éxito y el fracaso?
Creo que van por lo mismo que las anteriores. Ya el hecho de poder hacer lo que hago, practicar como lo hago, viajar por el mundo y poder dedicarme profesionalmente a lo que amo, para mí es un éxito. No importa el ránking que pueda llegar a conseguir en mi vida, y si logro cumplir mi sueño o no, pero yo soy una agradecida de la vida, que me permitió y me permite poder intentarlo. Ya el hecho de poder tener una familia, gente que me quiere, que está al lado mío y me apoya y me ayuda, todo eso es éxito.
Y el fracaso no sé, gracias a Dios, todavía no he tenido grandes fracasos. Fracaso sería no tener todo lo que te dije arriba. No tener gente que me quiera, que me apoye, que me aliente, que me acompañe.
¿Cómo te ves a los 30?
Jugando al tenis. Sueño con tener una vida sana y jugar la mayor cantidad de años posibles. Soy muy fanática. Igual es mucho. Ahora estoy pensando y andá a saber qué estaré haciendo en 10 años… No sé, pero me encantaría poder seguir jugando.
¿Y es complicado formar una familia?
Algún día me gustaría, pero sueño formar una familia y tener hijos, pero está muuuuy lejos todo eso. Después de que me retire. A menos que sea Clijsters. De acá a 10 años hablamos.