Holanda rompió con lo justo el muro japonés
Vimos un partido menos emocionante que el que enfrentó a Holanda con Dinamarca. Se cumplió mi pronóstico –una afirmación que sólo podrían confirmar mis allegados, a los que les anticipé el 1 a 0. La calle hablaba de 2 a 0 o 3 a 1.
Con enormes contrastes, la naranja mecánica experimentó en algún sentido el “efecto España”. La prensa puso su empeño en hacer ver que superaría a Japón sin demasiado esfuerzo. La realidad hizo temer durante 90 minutos un desenlace indeseable frente a un muro nipón difícil de deshacer.
Finalmente, todo quedó en un módico triunfo gracias al zapatazo desde fuera de área de Wesley Sneijder, casi retenido por el arquero japonés.
Pero a diferencia de la Roja, Holanda asume inmediatamente sus limitaciones. Bert Van Marwijk reconoció a los pocos minutos de concluído el encuentro que recién en el segundo tiempo jugaron mejor. “¿Quedó satisfecho?”, preguntó el periodista. “Si, pero podría haber sido mejor; no podría no estarlo si alcanzamos los seis puntos en nuestro grupo”, dijo el entrenador. Y agregó: “Tuvimos que armarnos de paciencia, podríamos haber marcado en el primer tiempo, pero hay que decir que ambas partes tuvieron pocas oportunidades”.
Holanda está a un paso de los octavos. La próxima cita es con Camerún. Nada hace temer un desenlace perjudicial para los “Oranje”. Queda por verse si Arjen Robben, que vio el partido desde el banco, regresará al campo de juego dos semanas después de la lesión de rodilla, o si seguirá “guardado” a la espera de un encuentro menos predecible.