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Media Maratón de Buenos Aires 2021: la alegría de volver a correr por la ciudad

Fueron 777 días de espera. Dos años, un mes y 14 días desde el 25 de agosto de 2019. Pero la Media Maratón de Buenos Aires volvió con todo. Y un 10 del 10, fue una carrera de 10.

Hace un año no podía correr. Ni 21k, ni 1k. Los 7 meses previos de pandemia, con cuarentena obligatoria y casi las 24 horas dentro de casa, fueron demasiado. Mi habitual ritmo se puso en pausa.

El grupo de Ciudad Running que se animó a la media maratón. Abajo a la izquierda, nuestro querido profe Fernando.

Cuando en septiembre de 2020 empezaron a reactivarse algunas cosas, no lo dudé: volver a correr en el Club Ciudad. Con el gigante y eterno profe, Fernando Zanfagnin. El mismo que tuve en 1995, cuando me sumé a “los locos que corren”, en una actividad entonces llamada Aerobismo. El mismo profe que ayer nos sorprendió cuando apareció a las 6.50 en la puerta del club, para acompañarnos al trote hasta la largada y guiarnos en la entrada en calor. Un número 1.

Aun con una trabajo progresivo y escalonado, pasó lo lógico: en octubre de 2020 me lesioné. Desgarro de sóleo izquierdo. Otra vez pausa hasta curarse.

La dedicación y constancia (suya, mía, de un grupo humano donde cada uno está enfocado en sus objetivos personales, pero a la vez se alegra por cada mejora que otra persona hace) tuvo premio: A las 7.40 de este domingo 10 de octubre crucé la línea de largada de la Media Maratón de Buenos Aires. La primera vez para muchos. La cuarta para mí, después de increíbles experiencias en 2015, 2017 y 2019, en uno de los circuitos más lindos y más elogiados de Sudamérica para esta distancia. La novena media maratón de mi vida.

Nunca antes corrí tanto como en este 2021. Según mi app llevo corridos 377 kilómetros desde enero. Me sorprendo al cotejar de nuevo esa cifra.

Una nueva molestia en la inserción de los tendones de Aquiles en los huesos de los tobillos me impidió llegar óptimo. Pero igual me preparé, madrugué y fui. Por primera vez corría con una remera propia. La que me identifica como integrante de un Running Team. Capaz que me la perdía…

El recorrido de la Maratón y media Maratón de Buenos Aires, uno de los más lindos de Sudamérica.

El clima fue diferente al de cualquier otra carrera. A diferencia de aquellas, el hecho de largar en tandas para evitar la aglomeración de gente nos dejó sin cuenta regresiva masiva y a los gritos. Fue una largada algo distante. Diferente. Como casi todo lo que ocurre post pandemia.

Para quienes nunca corrieron la Media Maratón de Buenos Aires, describo el recorrido: Se larga en Figueroa Alcorta y Monroe, se corre derecho hasta Sarmiento, luego doblamos y vamos hasta Libertador. Desde el Monumento de los Españoles se baja hasta la 9 de julio, allí vamos hasta el Obelisco, metemos Diagonal Norte hasta Plaza de Mayo, volvemos a subir por Avenida de Mayo, retomamos la 9 de julio, subimos a la autopista Illia, salimos en Sarmiento (¡ay esa bajada y esa subida cuando ya corrimos 18k!) y regresamos por Figueroa Alcorta hasta Monroe. Correr por zonas donde sólo pasan autos está buenísimo.

A mitad de camino, con el Obelisco detrás.

Pocas cosas son tan emocionantes para un corredor como escuchar cómo se acerca el ruido de los parlantes, desde los cuales se escucha el relato de los que conducen la carrera. También es indescriptible expresar en palabras lo que siente el cuerpo, ya cansado, con el aliento de gente que uno no conoce pero igual te grita: “¡Dale, dale que ya la tenés! ¡No queda nada!”. ¿Cómo fallarles a esos hinchas anónimos?

Cruzar el arco de llegada es la concreción del objetivo. El alivio, la emoción, el desahogo. Y es un lugar espectacular. Porque ahí absolutamente todos están contentos. El que voló y ganó la competencia (Fabián Manrique, de Morón, Buenos Aires, con un tiempo de 1:04:42) y cada uno de los que completaron la distancia, ya sea en una hora y media, dos o dos y media. Todo es felicidad. Porque cada felicidad es individual. Cada uno sabe el esfuerzo que hizo para estar ahí, haciendo la fila para retirar la medalla (hermosa, una vez más) que inmortaliza nuestro logro para siempre.

Una medalla más a la colección. La novena media maratón que corro.

La recuperación, tan fundamental como la entrada en calor, se hace donde cada uno quiere. Tuve la suerte de que adidas me invitó a su carpa. Entre elongación y una alimentación sana para recuperar energías, allí me hicieron probar unas botas con una terapia criogénica (frío) para que el post esfuerzo no sea tan complicado. Muy recomendable lo de la gente de ProGravity.

El reencuentro con el grupo de Ciudad Running también fue divertido, ya en la puerta de Muni. Allí felicitamos a los que se estrenaron en la distancia y nos fotografiamos juntos.

Fueron 777 días de espera. Dos años, un mes y 14 días. Pero la Media Maratón de Buenos Aires volvió. Y un 10 del 10, una carrera de 10.

Con la banda de Ciudad Running, en la puerta de nuestro querido club.

Pablo Lisotto

Nació en la Argentina en 1975. Es Licenciado en Periodismo (TEA 1998). En marzo de 2006 creó www.damepelota.com.ar, por el cual recibió diferentes premios y reconocimientos (por ejemplo, fue invitado a los Juegos Olímpicos de Londres 2012). Actualmente cubre la actualidad de Boca Juniors para la sección Deportes del diario LA NACIÓN. Escribió seis libros: "50 Grandes Momentos de los Juegos Olímpicos", "50 Glorias del deporte olímpico", "50 Grandes Momentos de los Mundiales de fútbol" y "50 Grandes Momentos de la Copa América" (Al Arco, 2012, 2014 y 2015. Se pueden leer gratis en este sitio) y "Hazañas y Leyendas de los Mundiales" (Atlántida, 2014) y "Hazañas y Leyendas de los Juegos Olímpicos" (Atlántida, 2016). A fines de 2012 recibió una Mención Especial de ADEPA, en la categoría Deportes. Es especialista en Olimpismo y en Mundiales de Fútbol.

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