Paliza olímpica

Baile, paseo, humillación, superioridad en todas las líneas, juego en equipo, jogo bonito… Todo eso tuvo la selección argentina de fútbol, que goleó 3 a 0 a Brasil y se clasificó para la final de los Juegos Olímpicos, donde enfrentará a Nigeria el próximo sábado a la 1 (hora argentina), que aplastó 4 a 1 a Bélgica en la otra semifinal.

Sergio Agüero en dos ocasiones (en el primero conectó de pecho un fortísimo tiro al arco de Di María y en el otro apenas rozó un remate desde la derecha de Garay), y Juan Román Riquelme (de penal tras una clara falta a Agüero), establecieron el marcador, que pudo ser aún más amplio e histórico, ante un Brasil que se sintió abrumado por tanta diferencia entre un equipo y otro.

Hacía mucho tiempo que la Argentina no le ganaba tan claramente a su par verdeamarelho. Ni siquiera aquel 3 a 1 del 2005 en el Monumental fue tan contundente como el consumado hace unos minutos en suelo chino.

A pesar de eso, hubo una jugada bisagra del partido. Herido en su orgullo, y estando 1-0 abajo, el brasileño Sobis remató desde afuera del área, la pelota dio en el poste, pegó en la espalda de Romero y quedó boyando en el área chica, donde el ex arquero de Racing pudo tomar el balón y alejar el peligro. Luego, ya estando 0-2, Ronaldinho estrelló un tiro libre en el poste.

Si bien la frase «la figura fue el equipo» bien cabe para resumir la tarea de los futbolistas argentinos, la tarea de Nicolás Pareja (se pierde la final por doble amonestación), Riquelme, Fernando Gago y Javier Mascherano fueron superlativas. Precisamente el volante de Liverpool, además de cortar cualquier tipo de intento del ataque brasileño, hizo echar a dos rivales (Lucas y Thiago Neves), luego de mandarse dos apiladas inolvidables cerca del final del partido.

Lo de Brasil, que llegaba a este partido con la valla invicta y habiendo ganado todos sus encuentros anteriores, fue bochornoso. Pero a no confundirse: el desempeño del equipo conducido técnicamente por Dunga fue desastroso como consecuencia de perfecto trabajo del combinado albiceleste. La única gran decepción fue la flojísima tarea de Ronaldinho, muy lejos del nivel que había mostrado hace un par de años en Barcelona.

Ahora Argentina irá en busca de la revancha de Atlanta ´96 contra Nigeria, cuando los africanos se quedaron con el oro conviertiendo el 3 a 2 sobre la hora, y el equipo conducido por Daniel Passarella debió conformarse con la medalla de plata.

Fotos: LaNación.com