Rumbo al Mundial Rusia 2018. #50GrandesMomentos: 50 – ¡Que viva España!
No resulta frecuente en la historia de los mundiales que un seleccionado que arriba como gran favorito a levantar la Copa finalmente lo logre. Sin embargo, España se hizo cargo de su chapa de candidato y se coronó por primera vez en Sudáfrica. Allá vamos pues, en nuestro viaje imaginario, rumbo a Johannesburgo, al 11 de julio de 2010.
Bienvenidos damas y caballeros. Es una fría noche en el imponente Soccer City. Las 84.490 localidades
están completamente agotadas. El clima es espectacular. De un lado está España, la gran favorita, la que
llega a este día con la enorme responsabilidad de dejar atrás años y años de frustraciones. Del otro, Holanda, que sueña con que su tercera final sea la vencida, para honrar a los subcampeones del ´74 y del ´78.
El árbitro del partido es el inglés Howard Webb, que en pocos días cumplirá 29 años y espera celebrarlo
anticipadamente con una actuación a la altura de las circunstancias. ¿Tendrá otra vez razón el pulpo Paul? Hasta aquí, el molusco acertó las siete predicciones anteriores, y
para hoy se jugó por España. Veremos qué pasa.
Y movió Holanda señores. A las 20.30 puntuales la final del Mundial 2010 es una realidad. El partido comienza con todo ritmo, aunque ambos toman recaudos y se estudian en los primeros minutos. El tiempo pasa y el resultado no se mueve. España parece estar más cerca y más centrado en el juego, mientras que Holanda no se parece en nada al equipazo que superó con claridad a Brasil en los cuartos
de final por 3 a 1, y a Uruguay en las semis por 3 a 2. Hoy, los de naranja salieron a ganar de guapos, y
pegan por todos lados. A los 27 minutos, ya están amonestados Mark Van Bommel y Nigel De Jong (este
último por un planchazo al pecho contra Sergio Ramos digno de tarjeta roja).
Después de aisladas jugadas de riesgo, la primera situación clara es para Holanda. Arjen Robben pica en velocidad, se cuela entre los defensores y queda mano a mano con Iker Casillas. pero el arquero de Real Madrid gana el duelo: el remate del delantero pega en el cuerpo del 1 y se va apenas desviada sobre el palo derecho. El crack de Bayern Munich no lo puede creer y se toma la cabeza, mientras los españoles
abrazan a Iker. El partido, increíblemente, sigue 0 a 0.
España se va al ataque y los minutos finales se convierten en emocionantes. La velocidad de Robben es tan sorprendente, que en otra pelota profunda, y a apenas 9 minutos del final, le gana la carrera a dos rivales y queda otra vez mano a mano con Casillas. Esta vez, el delantero intenta eludir a Iker, quien le adivina la intención y se queda con el balón.
El 0 a 0 termina siendo un resultado injusto para el desarrollo, pero vale para la intensidad de ambos. Una vez que el árbitro pita el final, la emoción se estira 30 minutos más.
El cansancio ya entra en acción. Y las indicaciones de los entrenadores Vicente Del Bosque y de Bert
Van Marwijk ya pasan por detalles específicos enfocados en la concentración. Ahora, cualquier desatención se paga con el título del mundo. Nada menos.
El orden y el dominio de balón español choca contra la sorprendente rapidez y potencia de Robben,que no se cansa de correr y sigue desbordando como en los primeros minutos.
A los cinco minutos del primer tiempo suplementario, Andrés Iniesta le mete un pase perfecto a Cesc
Fabregas, que queda mano a mano con el arquero Maarten Stekelenburg, pero el 10 se apura en la definición y gana el 1. Enseguida, un corner de Robben le deja en servida la pelota a Joris Mathijsen, que cabecea apenas alto. El partido es electrizante. Lejos de pensar en los penales, ambos quieren ganar y se nota. Y después lo tiene Iniesta. Y luego Jesús Navas. Pero el tablero sigue 0 a 0…
Pese a la violencia que exhibió Holanda, sobre todo en los primeros 45 minutos, recién a los 3´ de los
últimos 15 minutos del alargue se queda con 10 hombres por la expulsión de John Heitinga.
Cuando quedan menos de cinco minutos, España recupera la pelota en su área, abre juego por su derecha con Navas, que elude a un rival y se escapa hasta tres cuartos de cancha, donde se la pasa a Iniesta.
Andrés, de taco se la deja a Fabregas, que vuelve a jugar con Navas, ya casi en la medialuna del área rival. Sobre la izquierda, Fernando Torres recibe la pelota, la acomoda y observa el panorama. El Niño, que ya vio como Iniesta se está colando entre los defensores naranjas (donde debía estar Heitinga), le da al balón la fuerza y la comba justas para que llegue al destino exacto: el botín derecho de su compañero.
Pero la altura no es la adecuada y se produce un leve rechazo. Cesc Fabregas, parado en la medialuna, reacomoda todo y, con un pase exacto, lo deja a Iniesta mano a mano con Stekelenburg. Cuando el reloj marca que ya se jugaron 116 minutos y que quedan apenas cuatro para el final del partido, Andrés Iniesta se acomoda y saca el latigazo con su pierna derecha. En el remate agarra la Jabulani de lleno, a media altura, y no hay nada ni nadie que detenga el viaje de la pelota a la red, aún cuando Stekelenburg
la roce. Es el gol de España. El que pone fin a décadas de frustraciones mundialistas. El que ratifica a
nivel global la enorme hegemonía de Barcelona y Real Madrid. El que sirve para que Iniesta, desde la camiseta blanca que exhibe al mundo entero, le dedique su gol a Dani Jarque, compañero generacional del plantel, que falleció repentinamente un año antes, a los 26 años.
Sólo el amor propio de Holanda hace que los minutos finales todavía sean una incógnita. Porque Robben
no se cansa nunca, y porque el resto de sus compañeros intentan de cualquier forma acercarse al arco
de Casillas, que ya bajó la persiana.
Webb finalmente pita el final y toda España celebra. Finalmente, la Roja consigue alzar la Copa por
primera vez, en la fría e inolvidable noche sudafricana.
- Este texto forma parte del libro 50 Grandes Momentos de los Mundiales, publicado por Ediciones Al Arco en 2014 y repartido por el Ministerio de Educación de la Nación, de manera gratuita, en todas las escuelas públicas de la Argentina.El libro se puede leer en este mismo sitio, o descargar en pdf, Todos los derechos reservados.