Ayudín es brasileño
Como no podía ser de otra manera, Brasil debió apelar a la ayuda arbitral para llegar a una nueva final de Copa América.
En esta ocasión, el regalo llegó en los penales, donde el juez de línea encargado de verificar si la pelota entra o no, o bien si el arquero se adelanta o no en un remate, no vio el claro adelantamiento de Doni (llego casi hasta la línea del área chica) en el último remate uruguayo, horriblemente ejecutado por Diego Lugano al medio del arco.
Antes de eso hubo una gran chance para los charrúas, pero el remate de Pablo García pegó en el poste y no quiso entrar.
La definición fue lo más justo para ambos equipos, aunque siempre duele quedar eliminado por penales. El 2 a 2 estuvo acorde al juego que mostraron tanto uruguayos como brasileños a lo largo de los 90 minutos, donde quedó muy claro que el actual campeón de América es Robinhodependiente, y que anulando a la estrella del Real Madrid se le puede ganar a Brasil.
Claro que del lado uruguayo no sobraron las ideas. Flojo Recoba, impreciso Forlán y discutidor Abreu, si ellos no se dedican a jugar, ¿quién, no? De todas maneras, pudieron hacerle frente a este Brasil B.
Para destacar, la manera de ejectutar el remate de Sebastián Abreu. Era el último penal de la serie inicial y si él no convertía, Uruguay quedaba eliminado. El ex San Lorenzo tomó carrera y, como si estuviera jugando el intercolegial en Montevideo, la picó a lo Zidane ante Italia en la final del Mundial y puso la definición 3 a 3. Un ídolo, aún cuando de nada haya servido y la Celeste juegue el sábado.
Como en el 2004, Brasil a la final y Uruguay a jugar por el tercer puesto.
No hubo Maracaibazo…
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