Americanazo
Arsenal de Sarandí logró anoche una de esas victorias que suelen permanecer durante años en la memoria colectiva de los amantes del fútbol.
El estadio del América estaba plagado de casacas amarillas (las regalaron a los primeros 50 mil que llegasen a la cancha), que estaban listas para celebrar una goleada y viajar a la Argentina con una ventaja holgada como para asegurarse la copa.
Sin embargo, enfrente estaba un equipo aguerrido, que supo aguantar primero el trato despectivo de su rival («preferíamos a River porque nos da más prestigio jugar una final contra ellos«, declaraba el DT argentino Daniel Brailovsky apenas terminada la semi en el Monumental de Núñez), y luego la presión de los locales: en la primera media hora, el conjunto mexicano borró literalmente de la cancha al Arse. Pero a pesar de la enorme superioridad demostrada en el campo de juego, el resultado sólo indicaba un gol de ventaja, producto de una jugada rápida que supo definir Cabañas para el América, cuando sólo se jugaban 5 minutos.
A los 30´, la primera ocasión que tuvo el equipo argentino fue aprovechada al 100 por ciento. Un tiro libre cayó en el área chica, y Aníbal Matellán, de cabeza, la mandó a guardar, y silenció por primera vez en la noche a todo el estadio.
El golpe fue duro, y al América le costó reponerse. Tanto, que recién en la segunda etapa volvió a jugar con la tranquilidad que lo caracterizó en los primeros 30 minutos de juego. Tras una desinteligencia defensiva de Arsenal, la pelota desembocó en un pase atrás para Argüello, quien de frente al arco clavó en el ángulo de Cuenca un zapatazo desde afuera del área. Golazo espectacular.
El estadio era de nuevo una fiesta, pero todo duró 60 segundos. Enseguida, un saque de arco de Cuenca llegó hasta Calderón, quien a falta de una usó las dos manos para acomodarse la pelota y meterle un rápido pase-gol al Papu Gómez, quien desde la puerta del área definió rápido de derecha junto a un palo. Otra vez empate, y otra vez silencio total en suelo mexicano.
Fue el mismo Papu Gómez el que, de guapo, fue en busca de una pelota aérea que hervía en el área local, le ganó en velocidad al defensor, se bancó la patada de éste y metió un cabezazo bombeado, por arriba de la cabeza del arquero, que se convirtió en el 3 a 2 para el conjunto argentino.
El partido se fue embarullando, hubo momentos en que era más hablado que partido de truco, y finalmente se fue expulsado Castiglione, por un supuesto codazo a un rival, que la televisión jamás repitió.
Pudo haber empatado el América (hubiera sido el resultado más justo), pero la mala puntería de sus delanteros impidió que la justicia llegue al marcador.
Párrafo aparte para el árbitro paraguayo Ricardo Grance. Si bien hace meses que desde Dame Pelota se llegó a la determinación de no criticar más a los jueces, lo realizado por este señor en América-Arsenal no puede pasar desapercibido.
No sólo dejó pegar de lo lindo, sino que cobró cualquier cosa durante toda la noche. Determinó aplicar la ley de ventaja en jugadas donde no correspondía, no cobró claros foules para ambos conjuntos y, como frutilla de un postre muy amargo, le cobró off-side al América… ¡En un lateral!
El miércoles que viene se definirá la Copa Nissan Sudamericana en la Argentina. Arsenal tiene una ventaka más que importante (será campeón hasta perdiendo 1 a 0 y 2 a 1). Pero lo realizado esta noche en suelo mexicano, convirtiéndose en el primer equipo argentino en ganarle como visitante al América, ya quedó en la historia grande del fútbol argentino.
