Cuando la Generación se graduó de Dorada
El sábado 28 de agosto de 2004, el equipo argentino de básquetbol ganaba la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas; a seis años de aquella epopeya, el plantel inicia su sueño mundialista en Turquía
En algunas ocasiones, las casualidades del destino hacen que dos acontecimientos se den en un mismo día, y que ambos tengan relación, aún cuando haya años de distancia entre uno y otro.
Precisamente eso es lo que ocurre hoy, 28 de agosto, cuando el equipo argentino de básquetbol inicie su sueño mundialista en Turquía, ante Alemania, justo seis años después de haber logrado la medalla dorada de los Juegos Olímpicos de Atenas.
El camino de aquella gran consagración de la Generación Dorada comenzó con una victoria inolvidable ante Serbia y Montenegro, el mismo equipo que, bajo el nombre de Yugoslavia, le había amargado a la Argentina el título mundial apenas dos años antes, en Indianápolis 2002.
Con apenas 3.8 segundos por jugarse, y cuando la victoria europea 82-81 parecía cosa sentenciada, Emanuel Ginóbili se tiró “en palomita” y tiró un “zapallazo”, según su propia definición, que se clavó en el aro con el tiempo cumplido y selló el agónico 83-82.
En la segunda jornada, España venció 87-76. Luego vinieron dos triunfos ante China (82-57) y Nueva Zelanda (98-94), para terminar la fase de grupos con una ajustada derrota contra Italia por 76-75.
Ya en los cuartos de final, el escollo fue la selección local. Grecia no sólo era un equipo complicado, sino que además tenía todo el apoyo del público. Sin embargo, Manu y compañía demostraron estar a la altura de las circunstancias y vencieron 69-64 en un partido durísimo.
En el escalón previo a la gran final, y al igual que lo acontecido en el Mundial 2002, la selección argentina volvió a demostrarle a todo el planeta que el Dream Team ya no era lo que había sido, y, con una actuación espectacular, volvieron a humillar a los estadounidenses, esta vez por 89 a 81, con una tremenda autoridad.
Aquel sábado 28 de agosto de 2004, la selección argentina venció con claridad a Italia por 84 a 69 y logró una merecida y consagratoria medalla dorada, primera y hasta ahora única del básquetbol.
Hoy, también 28 de agosto y también sábado, dará comienzo una nueva ilusión de esta generación dorada que no deja de sorprender. Porque pese a las ausencias, la estirpe y el hambre de gloria se mantienen como el primer día. Y ahí radica una de las claves de la vigencia de este equipo.
A veces, las casualidades son mucho más que eso.