Selección Argentina

Grandes chicos

La nueva consagración del Sub-20 en un mundial (la quinta en las últimas siete ediciones) no hace más que demostrar que la Argentina está realizando un gran trabajo en lo que respecta a selecciones inferiores.

Sin embargo, al mismo tiempo deja al descubierto que este proceso no se repite en la selección mayor, donde  seguramente la mitad de los chicos que ayer alzaron la sexta copa del mundo Sub-20 en Canadá no llegarán a jugar. Por ejemplo, Lautaro Acosta o Maxi Moralez deberán pelear el puesto en un futuro cercano con Gonzalo Higuaín, quien decidió descansar a jugar un Mundial (algo realmente incomprensible, al menos a mi entender).

«Argentinita» renovó su chapa de potencia mundial en juveniles, mientras la Selección Mayor sigue repitiendo los mismo errores y tropezando siempre con la misma piedra.

Brindamos por los pibes, mientras nos preocupamos por los grandes.

Pablo Lisotto

Nació en la Argentina en 1975. Es Licenciado en Periodismo (TEA 1998). En marzo de 2006 creó www.damepelota.com.ar, por el cual recibió diferentes premios y reconocimientos (por ejemplo, fue invitado a los Juegos Olímpicos de Londres 2012). Actualmente cubre la actualidad de Boca Juniors para la sección Deportes del diario LA NACIÓN. Escribió seis libros: "50 Grandes Momentos de los Juegos Olímpicos", "50 Glorias del deporte olímpico", "50 Grandes Momentos de los Mundiales de fútbol" y "50 Grandes Momentos de la Copa América" (Al Arco, 2012, 2014 y 2015. Se pueden leer gratis en este sitio) y "Hazañas y Leyendas de los Mundiales" (Atlántida, 2014) y "Hazañas y Leyendas de los Juegos Olímpicos" (Atlántida, 2016). A fines de 2012 recibió una Mención Especial de ADEPA, en la categoría Deportes. Es especialista en Olimpismo y en Mundiales de Fútbol.

5 comentarios en «Grandes chicos»

  • Damián Escudero sí es el hijo del Escudero que salió campeón en el 1979, O.B.

    Ayer salió una nota en el Olé sobre eso.

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  • ‘Off topic’: A algunas decisiones y actitudes del técnico de la selección mayor, Horacio, le debemos, curiosamente, la reivindicación indirecta de las ciertamente modestas (pero no insuficientes) dotes de Pekerman como DT de la albiceleste en el Mundial pasado. También nos ratificó en algunos errores de don José (como el no llevar a Zanetti ni a Agüero y sí a muertos como Scalloni, Leo Franco y ese Cufré que juega en Italia y terminó a las piñas, cual Esnaider cualquiera, con los alemanes). Ejemplos; varios. Tomaré uno. Verón no tiene ni por asomo la importancia que muchos le asignan, mirando sólo el apellido (no entiendo, entre muchas otras cosas, por qué no llevar a Pelletieri, el Marciano Ortiz o el promocionadísimo Belluschi, y sí a un tipo que no sabe jugar como mediocampista volcado sobre los laterales).
    Siempre gritó: ¡vamos, muchachos! porque está convencido de que cuando un tipo mete un caño o tira una pared eso no es jamás consecuencia del entrenamiento, que el fútbol profesional no es como los demás deportes, en los que cuanto más entrenás mejor jugás, y sí como el picado que jugamos en el barrio. Todo lo contrario de lo que enseñan Pekerman o Tocalli, pese a sus planteos frecuentemente amarretes. Aclaro: mil horas de fútbol amateur, por ejemplo, en la canchita del pueblo o al costado de la vía en Pompeya, son, aunque no lo entiendan algunos, entrenamiento del bueno (con pelota, y por eso los que han nacido para esto, tales Maradona o Pelé, jugaban como jugaban: dotes naturales más entrenamiento no formal más lo que les dio el trabajo profesional). Hay otras cosas que también son parte del fútbol, pero hay que ensayarlas día a día. Habrás visto que los jugadores argentinos le erran a los compañeros al dar un pase y rematan siempre desviado, cosa que a los supuestamente torpes ecuatorianos no les pasaba en la Copa Melba: es lógico, porque los nuestros a veces entrenan de menos. De ahí la manía de ir a bsucar a los de Europa para asegurar un buen toque. De paso, no tenemos que entrenarlos, que es muy molesto. El libre albedrío del que habla el Coco da como resultado, a la hora de los bifes, jugadores como Zárate u Orteguita, muy habilidosos pero que a la larga restan más de lo que suman. El entrenamiento en serio permite jugar mejor y tener variantes. Es curioso cómo algunos observadores entendidos en la materia han retrogradado en su pensamiento. Por eso citaba más arriba a Menotti, el tipo que en principio más hizo para despelotudizar a los jugadores argentos, que hasta 1975 jugaban en la selección más o menos como lo hicieron en la final de esta Copa América. Luego «se la creyó» (ya durante el Proceso tenía aquella columna patética en El Gráfico en la que -entre otras cosas- quería reformar el campeonato para hacer desaparecer a toda costa, entre otros, a San Lorenzo y su estadio, cosa que algunos no olvidaremos jamás), empezó su eterno combate singular contra el Dr. Bidonardo y formuló del todo ese triste personaje que representa hasta el día de hoy, del supuesto lirismo, cuando sabe mejor que nadie que el buen juego resulta del entrenamiento duro y la buena elección de jugadores y tácticas. Así fue como él creó primero, con sólo diecisiete (17) profesionales, jugando 4-4-2, al único equipo campeón de la infame Sociedad de Fomento, y luego a esa selección que jugaba mejor que los equipos de clubes y los demás sudamericanos excepto Brasil, y por eso llenaba estadios.

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  • comparto en líneas generales lo manifestado por Opinólogo Berreta. Y le agregaría la diferencia de técnicos. Tocalli planteó horrible el primer tiempo (es verdad que se le complicó por las ausencias). Pero supo cambiar a tiempo. Mando a Sigali al medio, a Sanchez a la derecha, a Banegas a su puesto habitual mucho más atrás de donde estaba jugando, línea de 3 atrás y el equipo cambió. Y más allá que le salió bien intentó algo. En cambio, el técnico de los mayores, gritaba Vamos muchachos ! y lo puso a Lucho Gonzalez por Verón.
    Saludos

    Horacio

    pd: a Higuain NINGUNA oportunidad más. Es duro, pero por alguien hay que empezar a marcar un camino.

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  • Después del papelón de Esnaider y Cía. en Portugal (parecido a lo de los llorones sub 20 chilenos del otro día), Julio Humberto tuvo que ponerse las pilas y no hacer más la vista gorda. Nos guste o no el estilo Pekerman-Tocalli, el juego es más prolijo y sólido y «saca-resultados» que el de la mayor, y el comportamiento muy bueno. Porque se elaboró el proyecto para eso. Luego viene el otro problema: son juveniles. Si en la súper máquina de jugar al fútbol de 1979 (la de D- Maradona, Ramón, Simón, Barbas & Cía.) sólo la mitad de ellos tuvieron trayectorias destacadas como profesionales, y eran casi todos proyectos de jugadorazos, es comprensible que lo mismo pase con los de estos tiempos. Una selección mayor se arma de otra manera, principalmente eligiendo tipos que ya han tenido varias temporadas destacadas y no necesariamente con previo paso por un juvenil. Una sub 17 es más difícil de armar, por «cosas de la edad», y si encima a un aceptable equipo sub 17 lo mandás a jugar contra sub 20 en unos Panamericanos, hasta los desmoralizás y todo.

    Las figuras de este juvenil 2007 (que ojalá se consoliden en primera) son el arquero Romero (que en el Sudamericano atajó horrible y en Racing más o menos, pero en este campeonato se superó de manera notable), Mercado (un «duro» de aquellos), Fazio (tiempista, pero modelo jirafa: no me convencen los jugadores tan altos, pero veamos cómo evoluciona), Banegas (un compadrito de potrero, mucho mejor que el invento Peinados Gago, y respecto del cual cabe la misma acotación que para el arquero), y obviamente el Kun (un proyecto de grande que por cosas de la dirigencia de Independiente terminó en un equipo más decadente que Racing, donde no tiene con quién jugar y le piden que sea el salvador de la Patria) y Moralez (de físico demasiado pequeño; habrá que ver si puede imponer su juego en primera).
    Por ahí llegan, de los que jugaron seguido, Acosta, Di María y Piatti. Escudero (que creo es uno de los hijos del Escudero del increíble gol-blooper a Uruguay en 1979, el de Chaca, Vélez, Boca y Central) es muy pero muy bueno, pero se lesionó enseguida. Otros no jugaron lo suficiente como para evaluarlos, o parecen decidamente del montón, buenos complementos y nada más.
    Párrafo final para Zárate: no me importa que haya hecho el gol y tenga muy buena técnica. Es un morfón como Messi. A veces, viendo a este y otros delanteros habilidosos, pareciera que el fútbol argentino ha retrogradado a la era «pre Menotti» (aunque desde 1986 el Flaco esté decididamente en la pavada): individualismo y lagunas, «yo soy el dueño de la pelota y que marquen los otros». Menos mal que la embocó; tuvo demasiada suerte.

    Higuaín es buen jugador y nada más. La oportunidad en la selección creo que la merecen antes otros, por ejemplo los que vos decís y unos cuantos más.

    Y en la mayor, si no cambian asados por laburo y búsqueda y prueba de más jugadores, el panorama será negro. Igual, ya te dije, no soy hincha de la albiceleste, salvo cuando juega bien y en un Mundial.

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  • A mí siempre me sorprendió que ese éxito en el sub-20 no se haya visto trasladado a los sub-17.

    Quizás sea que el salto de calidad de los juveniles se da después de los 17 años.

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