Apertura 2010De primeraGrandes ídolos

La paradoja de dos indiscutibles, discutidos

Existen dos personajes dentro del fútbol argentino que generan una dicotomía casi incomprensible: Martín Palermo y Ramón Díaz.

El primero es, desde que Carlos Bianchi lo bautizara así hace 12 años, el “optimista del gol”, máximo artillero de la historia de Boca Juniors, y próximo a quedar en el top five de goleadores argentinos del profesionalismo.

El otro es “El Pelado”, multicampeón con River y también ídolo de San Lorenzo, donde ganó un título en su torneo debut, lo llevó lejos en la aún esquiva Libertadores y volvió a posicionar al Ciclón como candidato después de un primer semestre paupérrimo.

A Palermo se lo acusa de “madera”, “patadura”, “suertudo”. Si bien es extraño que sucede, puede ser que a lo largo de los años haya habido futbolistas así que simplemente hayan empujado la pelotita y se hayan metido entre los pocos que marcaron más de 100 tantos. Ahora, 218 en Primera División no los marca cualquiera. Resulta innegable que Palermo es un gran goleador, el mejor, por lejos, del fútbol argentino en los últimos 15 años. Quizás, el último gran 9 que queda, de esos que tienen el arco entre ceja y ceja y no le pidan más que eso.

Sus detractores argumentan que “en Europa fracasó” o que “en la Selección erró tres penales en un mismo partido”. El primer punto es cuestionable, de acuerdo a qué es lo que considera fracaso cada uno. Tal vez, si no se hubiera ido, hoy Palermo estaría superando los 300 tantos y sería el máximo goleador histórico del fútbol argentino. El segundo, es centrarse en algo anecdótico para no mirar lo demás. El árbol tapa el bosque. Y si quedaban dudas, el Titán decidió que ese no era un lindo final de su escaso romance con la celeste y blanca. Y entonces fue y le clavó el inolvidable 2 a 1 a Perú bajo el diluvio en octubre de 2009, y en 10 minutos de Mundial le clavó el 2 a 0 a Grecia, uno de los últimos grandes capítulos de su irrepetible carrera de película.

Lo de Ramón es similar. Cuando asumió en River decían que el equipo lo armaba Francescoli, o que con ese plantel millonario, cualquiera podía dirigir, que “salía campeón solo”. Sin embargo, pasan los años y River está muy lejos de volver a lograr un tricampeonato o de alzar otra Libertadores. El año próximo se cumplirán 15 años de la última gran conquista… con Ramón en el banco. En ese período, Boca levantó 4 , dos Intercontinentales, dos Recopas y dos Sudamericanas. José María Aguilar lo echó por la puerta de atrás en 2002. Y el tipo se fue campeón, cosechando siete títulos en seis años.

Luego de cinco años de ausencia, el Pelado se hizo cargo de San Lorenzo en 2007. Apenas arribó, dijo que llegaba para ser campeón. Y seis meses después cumplía su palabra. En 2008, eliminó a River en el Monumental, en un partido increíble e inolvidable para los hinchas de ambos equipos (aunque con sabor opuesto).

La Libertadores era una obsesión en Boedo, y tras la caída con La Liga (luego campeón), Ramón decidió irse a México, donde no le fue bien.

Después de una temporada para el olvido, el Ciclón decidió volver a llamar a Díaz, quien levantó la autoestima de un plantel devastado psicológicamente, y lo posicionó como uno de los candidatos. Podrá ser campeón o no, pero el Pelado contagia su espíritu ganador.

A los dos los acompaña esa dicotomía de la que se hablaba al principio. Sin embargo, Palermo y Ramón Díaz siguen demostrándoles a sus detractores que están equivocados de la mejor manera: con goles, títulos y actitud ganadora.

Pablo Lisotto

Nació en la Argentina en 1975. Es Licenciado en Periodismo (TEA 1998). En marzo de 2006 creó www.damepelota.com.ar, por el cual recibió diferentes premios y reconocimientos (por ejemplo, fue invitado a los Juegos Olímpicos de Londres 2012). Actualmente cubre la actualidad de Boca Juniors para la sección Deportes del diario LA NACIÓN. Escribió seis libros: "50 Grandes Momentos de los Juegos Olímpicos", "50 Glorias del deporte olímpico", "50 Grandes Momentos de los Mundiales de fútbol" y "50 Grandes Momentos de la Copa América" (Al Arco, 2012, 2014 y 2015. Se pueden leer gratis en este sitio) y "Hazañas y Leyendas de los Mundiales" (Atlántida, 2014) y "Hazañas y Leyendas de los Juegos Olímpicos" (Atlántida, 2016). A fines de 2012 recibió una Mención Especial de ADEPA, en la categoría Deportes. Es especialista en Olimpismo y en Mundiales de Fútbol.

3 comentarios en «La paradoja de dos indiscutibles, discutidos»

  • Mas que indiscutibles, son dos gigantes, que como gigantes que son, cuando no se los suele ver en esa cima en la cual estamos acostumbrados, se habla de ‘fracasos’ ‘sequías’. Es grave si Palermo no convierte tras tres partidos, pero no se habla del nueve de Quilmes (ejemplo érroneo) que no convierte en diez fechas.

    Un Saludo

    Dan Hojman

    Respuesta
  • Dos indiscutibles. Los resultados son evidentes, contundentes…
    Como diría otro indiscutible con resultados contundentes: «…mirá, esto es fácil: pim-pum, Martín te la manda adentro y ya está, está… Ramón hace bien los cambios… si los hace bien, bien… «

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