Así no, Boca
Por Martín Fernández
Una de las cosas que dijo Carlos Bianchi, al término del partido con Quilmes fue que el 0 a 0 obedecía a que los locales en el segundo tiempo (principalmente), había defendido con ocho y se encontraron con la imposibilidad de quebrar a esa defensa. Y es cierto. Pero tiene que encontrarle solución. Para eso está.
No se nota que esté trabajando para atacar con más de un delantero, con un esquema más ofensivo. Hoy lo que sirve es no perder. No desarmarse atrás. «¡ Ojo con el contragolpe!», repiten seguido.
Con un rival con tantas limitaciones, como Quilmes , la defensa de lo indefendible por parte del técnico, en sus apreciaciones después del partido, es inadmisible. La cancha es un poco mas angosta.(¿Para que la quiere más ancha? ¿ Que jugador pasaría por ese sector y desbordaría para tirarle un centro al solitario Gigliotti?. Excusas.
Solamente él vio bien al equipo y también a Riquelme. ¡Qué manera de conformarse con tan poco!. El partido fue horrible y Boca fue uno de los protagonistas.
Voy a tratar de ser lo más claro posible y trasmitir lo que vi:
¿Cuántos delanteros tiene Boca? Uno. Gigliotti
¿Qué mediocampo tiene Boca?. Según la formación de anteayer, cinco: Gago, Bravo, Riquelme ,Sánchez Miño y Acosta.
¿Cuántos defensores? Cuatro: Grana, Pérez, Forlín e Insúa.
Y por supuesto que UN arquero: Orion.
Quilmes, para hacerla fácil y poder estar de acuerdo con Bianchi en algo, jugó el segundo tiempo,. defendiendo con Ocho (dos líneas de cuatro). Caneo delante de estos y, arriba , el solitario Boghossian (otro “simil” de Gigliotti).
Después del “combate”, que fue el primer tiempo, en el segundo Boca se plantó en el medio y entonces, ¿qué? Sale, lateraliza, pasa la pelota, trata de salir por la derecha, vuelve a ver si puede salir por la izquierda y ahí tocan y tocan , pero para adelante, poco y nada.
¿Quiénes lo intentan o tratan de acercarse al arco? Los mismos cinco jugadores que enumeré en el mediocampo xeneize. Algunos, con aptitudes mas ofensivas que otros. Lo cierto es que eran cinco de Boca, contra ocho de Quilmes. No solo no podían entrar porque eran menos, sino porque los que jugamos al fútbol, sabemos que el delantero o el que va a buscar esa posición, tiene que crear, tener precisión y los defensores solo tienen que estar atentos y sacarla, una y otra vez.
Y así jugó Boca. Casi nunca llegó al arco de Quilmes. Tampoco le llegó la pelota a Gigliotti. Un tiro al arco de Riquelme pudo haber sido gol , y si ganaba Boca (que lo merecía), todo lo que comenté, pasaba a segundo plano, porque lo importante es ganar. A veces no importa como.
Volviendo al partido, los cuatro de atrás vieron casi como espectadores cómo sus compañeros (los seis restantes), trataban de perforar el “laberinto” de jugadores de Quilmes. En algún tiro libre o corner, fueron Forlín o el Chiqui Perez a cabecear. Por afuera, ninguno de los dos laterales subió, porque «había que cuidarse del contraataque de Quilmes» (????). Cuatro para esperar a uno o quizás dos. Suena a demasiado, ¿no?
Boca tiene que atacar con mas jugadores. A Gigliotti no le llegan pelotas, ni por adentro ni por afuera, ni tampoco volantes por sorpresa, para llevarse las marcas o acompañarlo. Tocando, tocando y tocando, no se ganan los partidos. Hay que tomar riesgos y Boca (sus jugadores y técnico), no los toman.
El planteo de Quilmes va a ser “moneda corriente” para otros partidos.
Ganar es importante, y dos o tres partidos seguidos, mejor. Tranquilizan y dan confianza, pero a la vez disimulan la realidad. Se gana, (pero como dicen la mayoría de los “hinchas de Boca”), Boca no juega a nada.
El domingo, juega el superclásico contra River en la Bombonera. El partido que siempre se espera. Tendrá seguro, el aliento de esa “hinchada grandiosa”(ahora sufriente) que así como dice que Boca no juega a nada, si ese día su equipo gana, eso será lo único que les importe.