De primera

El segundo también existe

Cansa de tanto ver la misma imagen repetida: cada vez que algún equipo de fútbol argentino sale segundo de algun torneo o Copa, sea club o Selección, los jugadores y cuerpo técnico apenas asisten a la ceremonia de entrega de las medallas, con paso cansado aunque apurados por quitarse la presea plateada ni bien el dirigente de ocasión se las cuelgue en el pecho.¿Qué extraño orgullo mal entendido lleva al futbolista en general, y al argentino en particular, a aplicar esa absurda idiosincracia que tantos disgustos nos ha dado como país, y que contribuye a construir esa imagen generalizada de nuestra gente en el exterior, que mucho deja que desear? La cultura del “salir segundo no sirve de nada” es en mi opinión algo nefasto: ser segundo significa que faltó algo para ser primero, pero se hicieron muchisimas cosas bien para llegar al escalón.

Y es ahí donde el futbolista debe aprender algo del espíritu amateur (aunque la tendencia a la que nos obligan los tiempos que corren es inversa): el orgullo de ser segundo, tercero… la importancia de competir y dejar todo para ganar, reconociendo que puede haber alguien mejor que uno, o aunque no sea mejor, hizo mejor las cosas ese día o lo favoreció “inmerecidamente” la diosa fortuna.

Luego vemos a los protagonistas, en especial los técnicos, rasgarse las vestiduras ante la “picadora de carne” que es el fútbol actual, el resultadismo, y otras yerbas. Pero son ellos mismos quienes, ante la oportunidad de valorar todo el trabajo hecho durante un certamen aunque no se logre el puesto máximo, la tiran por la borda haciendo gala de esa altanería propia de estas tierras. Y desde el máximo referente de este deporte, Diego Armando Maradona, baja siempre la misma línea: “El segundo no existe”, o bien la frase patentada por Carlos Salvador Bilardo: «Del segundo nadie se acuerda».

También se puede aprender de otros deportes super-profesionalizados como el tenis, cuando el segundo, con el agravante de que encima de haber perdido el torneo y en el mismo combo un vagón de dinero de diferencia, no sólo se la banca sino que le habla al público y, por lo general, agradece el apoyo y felicita a su rival.

Seguir escribiendo es seguir dando vueltas sobre lo mismo, y creo que la imagen es bien clara. Quiero ver a equipos argentinos que, luego de haber perdido una final, estén orgullosos del trabajo realizado, valoren al rival que hizo mejor las cosas, o simplemente aprieten los dientes, acepten la derrota, y piensen en mejorar para la próxima. Hay que volver a valorar el hecho de llegar al podio.

Por Andrés Susic

Pablo Lisotto

Nació en la Argentina en 1975. Es Licenciado en Periodismo (TEA 1998). En marzo de 2006 creó www.damepelota.com.ar, por el cual recibió diferentes premios y reconocimientos (por ejemplo, fue invitado a los Juegos Olímpicos de Londres 2012). Actualmente cubre la actualidad de Boca Juniors para la sección Deportes del diario LA NACIÓN. Escribió seis libros: "50 Grandes Momentos de los Juegos Olímpicos", "50 Glorias del deporte olímpico", "50 Grandes Momentos de los Mundiales de fútbol" y "50 Grandes Momentos de la Copa América" (Al Arco, 2012, 2014 y 2015. Se pueden leer gratis en este sitio) y "Hazañas y Leyendas de los Mundiales" (Atlántida, 2014) y "Hazañas y Leyendas de los Juegos Olímpicos" (Atlántida, 2016). A fines de 2012 recibió una Mención Especial de ADEPA, en la categoría Deportes. Es especialista en Olimpismo y en Mundiales de Fútbol.

3 comentarios en «El segundo también existe»

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