De galera y bastón
Francia le dio un baile de aquellos al candidato de todos, Brasil, y le demostró al mundo que si había algo preparado para que la final de Alemania 2006 la jueguen germanos y brasileños, nada de eso va a ser posible.
Precisamente el equipo galo había sido el último que le había ganado a los pentacampeones en torneos mundiales, 3 a 0 en la final de Francia ´98, antes de una racha tremenda de 11 partidos ganados de manera consecutiva (todo el Mundial 2002 y los cuatro primeros encuentros del 2006) que lograron los verdeamarelhos.
Es en esta instancia donde los grandes jugadores dicen “Presente”. Y, por cansancio o por la excusa que sea, ni Riquelme, ni Messi (a años luz de Maradona), ni Ronaldinho dieron signos de vida.
Los que sí lo hicieron fueron el fabuloso Zinedine Zidane y el tremendo goleador Thierry Henry, ambos franceses.
Al igual que toda la selección Bleu, Zizou está jugando de menor a mayor. Los primeros dos partidos (ante Suiza y Corea) fueron realmente patéticos y el tercero (ante Togo) ni lo jugó porque había recibido dos tarjetas amarillas. Pero ante España levantó vuelo y contra Brasil se consagró como el mejor de este Mundial escaso de figuras descollantes. Sombrerito a Ronaldo, una jugada “ronaldinhesca” para dejar pagando a un volante brasileño, una bicicleta “ronaldesca” para enloquecer a la tribuna, y un centro puesto casi como con la mano a Henry para liquidar a los pentacampeones, fueron las pinceladas más destacadas de esta tarde, de un jugador que lamentablemente se está despidiendo del fútbol, pero que afortunadamente lo está haciendo en un nivel espectacular, y que, insisto, bien se merecería que culmine su carrera con la Copa del Mundo en sus manos.
Por el lado de Tití Henry, la suma personal ya llega a tres gritos. Como Zidane y toda Francia, su juego está yendo de menor a mayor. Desconocido ante los suizos, autor del primer gol de los galos en mundiales en ocho años ante Corea y definiendo la clasificación ante Togo en la primera fase. Luego, muy colaborador con el equipo ante España, y decisivo ante Brasil, marcando el único gol del partido.
Partido que debió haber terminado con un resultado muchísimo más abultado que el ajustado y metiroso 1 a 0, porque la superioridad francesa fue notable, el baile fue inolvidable y la jerarquía de un equipo sobre otro hubiera merecido más claridad en el marcador.
Lo de Brasil es olvidable. Jugó un mundial muy malo. Casi todos, me incluyo, pensábamos que estaba regulando y que cuando querían apretaban el acelerador y alzaban otra copa. Pero nada de eso ocurrió.
De todas maneras, más allá de la rivalidad, lamento que Brasil se vaya del Mundial, que sólo queden equipo europeos (algo que no sucedía desde España ´82, donde fue campeón Italia) y que se cumpla una “profecía” que me dijo Carlos Ferreira, periodista y uno de mis jefes en la escuela de periodismo TEA y DeporTEA: “Mundial en Europa, campeón europeo”.
En el fútbol, se sabe, puede pasar cualquier cosa. Pero hoy Francia jugó a lo campeón, y de una manera muy similar al juego que mostró en 1998, cuando, ante su gente, alzó su primera copa del mundo…
Impresionante, el pelado es un fenómeno, superó ampliamente a su ídolo (Francescoli), demuestra que los viejitos también pueden, que los partidos lo ganan los hombres y que los maravillosos malabares sirven cuando se ponen al servicio del equipo, no de la tribuna. Tratemos de hacerle una charla con Pekerman, haber si aprende algo!Anónimo Q.
Sí, realmente lo de Fracia fue extraordinario, y un capítulo aparte para ese pelado con una técnica y movimientos corporales propios de los jugadores diferentes, que aún tiene la magia latente en su botín derecho. Hasta el momento fue el jugador que más sonrisas me sacó en un partido del Mundial. Cuando todos lo defenestraban manifestando que ya está avejentado, el tipo demostró que fue, es y será un grande del fútbol mundial.
Un abrazo.