Entrevista a Lucha Aymar, tras la abrupta salida de Garraffo de las Leonas
El viernes entrevisté a Luciana Aymar, con la que hablamos sobre el abrupto cambio de entrenador que sufrieron las Leonas, como consecuencia de la llegada de Aníbal Fernández a la presidencia de la Confederación Argentina de Hockey.
A pocos días de la salida de Marcelo Garraffo y del arribo de Emanuel Roggero (su gestión comienza este lunes), esto fue lo que me dijo Lucha, que salieron publicadas en La Nación Deportiva del viernes 10 de mayo, y en canchallena.com
-¿Cómo fue la despedida con Garraffo ante este cierre de ciclo tan abrupto?
-La última vez que hablé con él fue el viernes pasado, cuando fuimos al entrenamiento y el cuerpo técnico nos informó que no iba a seguir. Nadie sabía nada y fue toda una sorpresa, por más que cuando hablamos con Aníbal el viernes a la tarde para preguntarle por qué había tomado esa decisión, nos dijo que siempre lo había anticipado en sus notas. Igual, el equipo, e incluso el cuerpo técnico, tenían un dejo de ilusión de que por ahí seguiríamos así, por lo menos hasta la World League que tenemos en un mes en Londres. Pero Aníbal nos dijo que era una decisión tomada.
-¿Pensás que este cambiode cuerpo técnico lesva a afectar como equipo,con una competenciatan cercana en elcalendario?
-Además de la sorpresa, a nosotras nos provocó malestar que nadie nos haya avisado antes de que sucedieran estas cosas, más por la cercanía de la World League. Al margen de eso, somos un grupo que sabe adaptarse a todo. Realmente somos un equipo muy fuerte de la cabeza. Ojalá sea una más de esas cosas y el equipo se sepa adaptar para encarar el torneo.
–Ya lo tuviste a Roggero en Quilmes. ¿Qué diferencias y qué similitudes le encontrás con Garraffo a la hora de conducir el grupo?
-A Roggero lo tuve dos años y medio en Quilmes, desde 2005. Siempre tuve una buena relación, de mucho respeto. Tanto él como mis compañeras me ayudaron mucho en Quilmes, porque fue la primera vez que tomé la decisión de quedarme a jugar en la Argentina de manera profesional. En aquel momento sentí de su parte una contención hacia mí. Es un entrenador que sabe conducir bien al grupo, aunque no quiero hacer comparaciones. Como jugadora, una debe adaptarse a cada entrenador que tiene.
Por otro lado, me da mucha pena el poco tiempo de trabajo que tuvieron tanto Marcelo (Garraffo), como sus colaboradores, Lalo Junquet, Fabián Jeanneret y el resto de los chicos, para plasmar su idea en el seleccionado, que era un muy buen proyecto. Son buena gente, tenían un muy lindo objetivo. Lamentablemente las cosas se dieron así; ojalá que esto no vuelva a suceder y que nadie tenga que volver a pasar por estas situaciones. Ahora hay que adaptarse a Manucho (Roggero), a Pachu (Ferrari, ayudante de campo), a Rodrigo (Buich, preparador físico). El seleccionado tendrá que abrir la mente, pensar en positivo y adaptarse a esta nueva conducción.
-¿Creés que al equipo le va a costar cambiar el chip en el aspecto táctico?
-No sé lo que van a proponer Roggero o Pachu Ferrari a nivel táctico. Lo de Marcelo estaba bueno, lo entendimos y lo tratábamos de llevar a la práctica. Los primeros partidos en Rosario fueron de prueba, y en los últimos, hace unas semanas en la gira por Nueva Zelanda, él había quedado contento porque pudimos cristalizar en la cancha lo que nos proponía. Yo pasé por muchísimos entrenadores y siempre traté de adaptarme a lo que me iban pidiendo para forjar un crecimiento en mi juego. Ahora, el equipo tendrá que seguir manteniendo lo que nos transmitió el cuerpo técnico anterior, que son cosas muy buenas y nos sirvieron mucho para progresar y hacer algo diferente, y tratar de adaptarse. No creo que lo de Roggero sea muy diferente a lo de Garraffo.