Star Wars Run 2015: cómo correr dentro de una película
«Me estoy muriendo», confiesa Chewbacca entre rugido y rugido, con una tonada porteña que lo delata, ante la consulta acerca de si tenía calor con ese traje. El hombre debajo de la montaña de pelos destrozó con apenas tres palabras cualquier fantasía que los fanáticos que lo rodeaban podían haber tenido, en esos instantes de selfies de a docenas. Tampoco aguantó la temperatura Darth Vader, que ante la sorpresa de cientos de espectadores se quitó la temible máscara y respiró aire puro en el medio de la pista.
La entrada principal y el acceso a las tribunas del Hipódromo Argentino de Palermo son un verdadero desfile de personajes. Casi en la puerta de la esquina de las avenidas Dorrego y Del Libertador está el temible Darth Maul. Unos pasos más adelante hay adolescentes con el peinado de la Princesa Leia (rodetes junto a las orejas y hasta trenzas perfectas que se unen en un gran rodete circular en sus nucas) y pequeños disfrazados de Ben Kenobi.
También hay runners, claro. Son más de 10.000. Porque al fin y al cabo, por segunda vez en la Argentina se corrió el viernes la Star Wars Run Night Edition y otra vez fue un éxito. Esta vez, separados en representantes del Lado de la Fuerza (camiseta azul) y del Lado Oscuro (casaca roja).
Entre ellos está Lucas, un fanático de la saga de apenas siete años que se escabulle entre la gente junto a su padre y queda bien cerca de la largada. También aparece Patricia, que a los «treinta y pico» eligió esta carrera para estrenarse en el mundo running. No faltan las pelucas multicolores, las espadas láser, las caretas y hasta un hombre que corrió la distancia disfrazado de Chewbacca de la cabeza a los pies.
La previa y la cuenta regresiva son tan motivadoras como las de cualquier otra carrera. Con una salvedad: como si fuera el comienzo de uno de los filmes de la saga, cuando el cronómetro llega a cero, los corredores inician su periplo al ritmo de la extraordinaria banda de sonido de la película, compuesta por el genial compositor estadounidense John Williams. Sólo faltan las letras amarillas que se alejen sobre fondo estrellado…
El circuito, de suelo arenoso, fue mucho más simple, parejo e iluminado que en la edición de 2014, cuando en un Hipódromo de San Isidro oscuro, poceado y con pasto alto, las torceduras y los esguinces de tobillo provocaron quejas de los corredores.
«En los entrenamientos siempre corría cuatro kilómetros y realmente no sabía si iba a poder llegar. Pero como vas distraída con los personajes y los comentarios de la gente, todo se te pasa muy rápido», confiesa Patricia, feliz con su tiempo de 55 minutos.
El pequeño Lucas disfrutó cada momento. En el kilómetro 1 se subió a una tarima para fotografiarse con Obi Wan Kenobi, y más tarde se encontró por el camino con una herradura, un amuleto de la suerte que se llevó a su casa sin dudarlo. La distancia fue demasiada para él, que pide que lo llamen Luke. Y a los 4K le avisó a su padre que la fuerza lo había acompañado hasta allí. Suficiente para ir a buscar su medalla y lucirla orgulloso sobre su pecho.
La película culmina con sonrisas y puños apretados. Como siempre, cada uno corrió su propia carrera contra sí mismo. Y mientras el hipódromo/cine se descongestiona, de fondo se siguen oyendo los acordes característicos de Star Wars, una saga que marcó a toda una generación.
Podio general hombres: Dante Mansilla (Número: 1908 / Tiempo 23m59s); Gastón Maldonado (Número: 3627 / Tiempo 25m11s); Matías Castro (Número: 5811 / Tiempo 25m39s)
Podio general mujeres: María Gabriela Landini (Número: 1784 / Tiempo 30m08s); Marcela Cuello (Número: 1709 / Tiempo 30m41s) ; Mónica Mariel Insaurraldi (Número: 4059 / Tiempo: 31m05s)