He visto a Manudora
Sinceramente, más veo básquet, más me asombro de la evolución que ha tenido el equipo argentino.
De ser practicamente «nadie» hace 10 años a este presente fenomenal (que no varía si el equipo dirigido por Sergio Hernández queda eliminado en la siguiente fase) es digno de destacar.
Y para colmo de tener una generación de grandes jugadores, resulta que la Selección tiene el lujo de poder contarcon un distinto: Emanuel Ginóbili. Capaz de ganar un partido por sí sólo, aportando toda su experiencia NBA, contagiando magia y destreza, habilidad y goleo, carisma y presencia.
Sería fabuloso coronar este presente con el título mundial, pero este es un deporte donde lo individual pesa mucho.Un sólo tipo (de estos denominados «distintos») te define un partido y te deja afuera. Entre ellos figuran el alemán Dirk Nowitzki, y el español Pau Gasol, entre otros. Pero Argentina tiene a Manu Ginóbili…
Pero en el medio del éxito, sería importante acompañar este presente con un trabajo a futuro, y que se empiece a gestar una generación de recambio, para que en un puñado de años, cuando la mayoría de estos pibes que están en Japón ya se hayan retirado, no volvamos al pasado y suframos un derrumbe como el que sufrió Brasil en este Mundial 2006.