La pelota dobla, y también se mancha
Imperdible columna de Jorge Oviedo, en el diario La Nación de hoy.
Por Jorge Oviedo
De la Redacción de LA NACION
Daniel Pasarella popularizó la frase «la pelota no dobla», que no es más que la explicación de un fenómeno. La comba de la redonda de fútbol, la parábola con el golpe de top spin del tenis, son difíciles de lograr cuando la presión atmosférica es baja: es una ley de la física.
Grondona, el presidente de la AFA, acaba de tomar una decisión que, según su ampuloso vocero, tiene razones económicas. Pero la más pura lógica muestra la falsedad de esos argumentos. En el planeta económico de Grondona y los Kirchner vale jugarla con la mano. Y la pelota dobla… y se mancha.
El actual presidente de la AFA lleva 30 años en el cargo. No ha habido ni gobierno, ni política en el país que dure tanto tiempo. Seguramente no es una persona que da saltos al vacío. A través de su vocero ha hecho saber que el contrato para la televisación del fútbol, que él firmó y defendió contra viento y marea hasta hace días, no le parece conveniente, que es poco dinero. Y que entonces lo rescinde. El inverosímil argumento de su personero es que no había en vista algún otro contrato. ¿Alguien rescinde un acuerdo que, según dice, genera pocos ingresos, para cambiarlo, aunque sea momentáneamente, por ningún ingreso?
El vocero de la AFA ha dicho además que hay que adecuar el contrato de televisación a los valores «del fútbol de hoy». Y que el resultado sería la obtención de más dinero para la AFA. Es decir, según el informante, el fútbol de hoy genera más dinero, puede venderse más caro.
Es curioso, porque la Argentina está en recesión. Y con inflación, en lo que técnicamente se llama estanflación. Y entre los gastos que la gente resigna, están los entretenimientos y espectáculos públicos. El resto del planeta no está mucho mejor.
Nadie que quiera obtener más dinero abre una negociación cuando el mercado está hacia abajo. En realidad, esto le habría convenido a TSC para tratar de pagarle menos a la AFA. El fútbol, como muchas otras cosas, genera hoy menos dinero en la Argentina. De no ser así, ¿se habría reducido voluntariamente su contrato la Brujita Verón, después de haber ganado la Copa Libertadores?
Si fuera cierto que se puede hacer un negocio mucho mejor con la televisación del fútbol ?es decir: pagarle más a la AFA sin aumentar el pago a los televidentes y ganar mucho más dinero?, habría habido una cola de operadores privados ofreciéndole ese arreglo a Grondona. Tal como están las cosas, parece que una vez más el Estado bobo pagará a un socio privado lo que nadie está dispuesto a abonarle. Es decir, los Kirchner, una vez más, intervienen en acuerdos entre privados, no para poner orden y regulación, sino para favorecer a uno en perjuicio de otro. Y lo hacen en contra de las más elementales reglas económicas. Con políticas idénticas han destruido la ganadería, la lechería y el sistema energético. Y puesto en situación muy difícil las cuentas públicas.
Si, como se ha dicho, hay un interés popular en el fútbol, se trata de un «insumo de necesidad» que el Estado debe garantizar, no se entiende por qué sólo se atiende a la televisación. ¿Cuándo el Estado garantizará de una buena vez entonces la entrada gratuita universal a todos los estadios? Alguien dirá que no alcanzarían los estadios. Esa no es una excusa válida. Siguiendo las políticas de los Kirchner, el Estado debería agrandarlos y multiplicarlos todo lo necesario.
El mismo gobierno que no es capaz de frenar la expansión del dengue y la gripe A, que no puede con la inseguridad, que no ha podido impedir que en el proceso de expansión económico más prolongado e intenso de los últimos cien años aumenten la pobreza y la mortalidad infantil, que aunque aplica presión impositiva récord mantiene buena parte de la deuda en cesación de pagos, está a punto de poner una suma colosal para anunciarles a los pobres que ha escuchado el pedido de Benedicto XVI y les televisará el fútbol por la TV abierta. Un poco de circo, aunque nada de pan.
Si los Kirchner hacen lo mismo que con otros pagos y subsidios, acumularán una deuda enorme con la AFA. Y si TSC les gana un juicio, la situación de la AFA será aún peor.
Grondona y su vocero dijeron que los clubes, dueños de la AFA, no sufrirán consecuencias si eso sucede. Su estrategia es clara. Llegado ese caso, el fútbol no arrancará, el presidente de la AFA ?seguramente Grondona? hablará de crisis, se reunirá con funcionarios, y pedirá ayuda estatal. Si los Kirchner ya no están en el gobierno, los maldecirá y dirá que el acuerdo no se cumplió.
Hasta anteayer el fútbol televisado lo pagaban quienes podían hacerlo y querían ver los partidos. Desde ahora, y con sus impuestos, ya lo están pagando todos, incluidos los pobres, aunque jamás lo vean.
- Una situación que le habría convenido a TSC
Nadie que quiera obtener más dinero abre una negociación cuando el mercado está hacia abajo. En realidad, esto le habría convenido a TSC para tratar de pagarle menos a la AFA. El fútbol, como muchas otras cosas, genera hoy menos dinero en la Argentina.
hoy el futbol genera menos dinero ? donde sucede eso en saturno? disculpenme la ignorancia pero este tipo que es periodista de economia, de deportes, de que? hoy 600 millones depesos en el futbol vale casi solo un jugador (cristiano ronaldo 94 M de euros), o sea cristiano ronaldo + heinze valen lo mismo que un año de cesion total de los derechos televisivos del futbol argentino, estamos devaluados che!!, ya con solo la publicidad estatica se recauda mas de $1500M por año, hace cuentas oviedo antes de hablar, das el ejemplo de veron que no tiene fundamento porque es el simbolo del equipo y tiene los bolsillos (legalmente) bien llenos, aca fuira grondona y licitacion de los derechos televisivos, nada del estado de k ni juan pindonga, que se preocupen por gobernar que estanhaciendo desatres, vas a ver como con una buena licitacion se consigue como minimo el doble de los que nos quiere estafar el tuerto para quedarse con el negocio.
ay este señor Oviedo, siempre al servicio de las corporaciones. No cambia más.