Mourinho, Alemania, Paul y Maradona

Cuando Pablo Lisotto inició este proyecto de los columnistas nos promovió la idea de transmitir el pálpito de la gente, color y bullicio de sentimientos en cada corresponsalía (país).

Con esta idea en mente leo periódicos e intento impregnarme del sentir de mis compañeros de trabajo y de los de los ratos libres. Precisamente el domingo, día siguiente a los cuartos de final, salí a dar una vuelta con la bici con un grupo en los que se encontraban dos mexicanos, un inglés, un alemán y cinco españoles. Muy felices me las prometía en este foro, veía fácil que el tema futbolístico aflorase. Nada más lejos de la realidad: solo hubo un comentario y fue para criticar al seleccionador argentino, por sus formas, falta de educación e improperios en las declaraciones.

Al día siguiente, ya en el trabajo, más de lo mismo (y mira que somos futboleros), pero no arrancó el tema sino por la crítica a Maradona y sus aspavientos. Mi gozo en un pozo. Además, los periódicos a este lado del charco cada día salen con una historia sobre don Diego: que si se va, que si se queda, que si los políticos dicen no se qué… Todo esto sin manosear el mito futbolístico que fue, vuestro querido 10, sin caer en la crítica fácil, pero negándole ese misticismo como entrenador.

Estos periódicos a los que hago referencia llevan hoy a la primera plana frases que engloban la palabra “sueño”. Esto me defrauda y me jode terriblemente: parecen conformarse con ser terceros o cuartos, como ya se ha conseguido algo histórico… que vergüenza. Parece que el único resquicio positivo lo ofrece el ya famoso pulpo Paul, infalible oráculo de este Mundial que ha vaticinado una victoria española. Esta noche comprobaremos su precisión.

Lo cierto es que, se espera, que Alemania sea el primer equipo que deje de lado el modelo de enfrentamiento que planteó Mourinho con el Inter ante el Barca en semifinales de la Champions League (y que han seguido todas las naciones que se han enfrentado a nuestra selección), y se abra, juegue al fútbol y vaya a por el partido.

Dicho esto nos meterán otros cuatro goles.