«Pesadilla. Retrato de un fútbol en crisis», un libro para pensar
«La tapa asusta… será porque el fútbol argentino mete miedo», dice Cristian Grosso, editor de Deportes del diario La Nación y coautor, junto a Fernando Pacini, de «Pesadilla. Retrato de un fútbol en crisis», el nuevo libro de Ediciones Al Arco.
» ‘Pesadilla…’ es un libro escrito con pasión y con bronca. Desde la angustia del derrumbe, desde la impotencia porque el juego está de rodillas. Vacío de recursos. Económicos, claro, pero también vacío de conceptos, de valores, de respeto. Y ahí somos culpables todos. No se trata de dar sermones, sino de levantar cada una de las piedras para rastrear errores. Y soñar con su refundación. Así no resiste más.», invita Grosso en su perfil de Facebook. Y agrega: «Construir ‘Pesadilla…’ se trató de un sueño compartido con Fernando Pacini. Gracias a su calidez y calidad fue posible. Nuestro agradecimiento extendido a Gustavo Grabia y a Adrián Paenza, generosos para abrirnos puertas y cuidarnos la espalda. A Sebastián Domenech, mago del dibujo que enseguida con sus trazos talentosos potenció nuestra idea. A Andrés Prestileo, celoso editor y un entrañable amigo que sigue muy cerca. Y a Marcos González Cezer y a Julio Boccalatte, motores de ediciones Al Arco, cómplices perfectos.»
Dice Adrián Paenza en la contratapa de este libro, que en los próximos días llegará a la cadena de librerías Yenny/El Ateneo y a su página web Temátika.com:
«Cristian Grosso y Fernando Pacini, dos periodistas serios, se encerraron en una habitación en donde figura la historia del fútbol argentino y se propusieron mirar en todos los rincones sin dejar de mirar lo que había debajo de cada piedra.
La idea que los alentó fue tratar de entender. ¿Qué fue lo que nos pasó? ¿Cuándo fue el momento del quiebre? Qué hacer para volver a ser quienes fuimos, en donde la caballerosidad era ‘no negociable’.
En el camino encontraron una frase excepcional: «¿Desde cuándo la derrota dejó de ser una opción?
En mi época no se gritaban los goles de penal, porque se interpretaba como una afrenta y una falta de respeto al rival caído. Sin simulación y sin lugar para los ‘vivos/ventajeros’. Hablábamos de fútbol. Y teníamos pasión, pasión porque nos sentíamos representados: disfrutábamos del triunfo y sufríamos la derrota, pero no queríamos ‘exterminar’ al rival ni eliminarlo de la escena. Al contrario, cuanto más respetado era, más servía para validar el triunfo.
Fernando y Cristian quieren volver a hablar del juego, de qué hacer cuando ‘tenemos la pelota’, cómo hacemos para ‘pasárnosla entre nosotros’ eludiendo los obstáculos que nos pongan. Por dónde los atacamos, con cuántos y con quiénes.
El contexto es asfixiante. La sociedad cambió, pero creo que fuimos nosotros, los periodistas, los mayores responsables del proceso que culminó en esta descomposición, con un cuerpo infectado y purulento, que terminó privilegiando lo accesorio y descuidando lo esencial.
El libro ofrece un excelente punto de partida para volver a debatir ideas. No es poco. Disfrútelo. Vale la pena.»