Holanda armó un carnaval, con una goleada con sabor a revancha ante España

“Diego Costa buscó el contacto, Robin Van Persie voló”. Estos son los comentarios asépticos de los relatores holandeses al término del primer tiempo. Se animan en el inicio del segundo tiempo: “¿Se los podrá vencer a los españoles?”. Un sueño. La revancha.
Llegó el 2-1, la voz del locutor empieza a tomar color, hay vida en esos gggg que resvalan de la lengua holandesa. Me tienta tuitear: “Capilla de las lamentaciones abierta las 24 horas, se habla español”, pero me freno. No hay que pecar de entusiasta cuando falta más de media hora.
Llega el 3-1, ya no puedo más, disparo el tuit.
Llega el 4-1. Uno por cada año que se demoró la revancha.
Llega el 5-1. Estallan los petardos que sobraron de fin de año. Hay ambiente de fiesta en el barrio, de descontrol.
Las cervezas refrescan las gargantas. El gggg se oye grrrr.
¿Hay razones para temerle a Chile, el fantasma de las horas previas a esta epopeya? Las apuestas del holandés común y corriente no le daba crédito, ni en sus mejores sueños, a este resultado, mientras se persignaba ante la idea de enfrentar al equipo de Jorge Sampaoli.
Le sigue Chile-Australia. Esto se pone bueno.