Holanda se despertó a tiempo, lo dio vuelta y pasó a México
Hay que decir que la selección holandesa tiene algo en común con la mexicana: las aficiones respectivas no les daban mucho crédito cuando desembarcaron en Brasil. La desconfianza se dio vuelta pronto, como una media, y trocó por la esperanza y un renovado nacionalismo. Holanda, con la goleada inicial a España y México con su super Guillermo “Memo” Ochoa, capaz de atajar hasta las moscas.
Este domingo, asomaron la cabeza esos agoreros que apostaban por todos menos Holanda, después del gol de Giovani Dos Santos, que marcó en favor de los aztecas a los 2 minutos del segundo tiempo. Les dio la razón un primer tiempo deslucido y el sol abrazador, los 32 grados que adormecieron al león en Fortaleza.
Pero el felino se despertó, sacudió la melena y entró en acción. El campo del Castelao se inclinó poco a poco hacia el area mexicana y así fue como Wesley Snijder, a los 88 minutos, la empató con un bombazo. De ahí, ya se pensaba en el tiempo suplementario, mientras los agoreron volvían, refunfuñando, a su amargo encierro.
Y llegó el penal milagroso –léase, dudoso, un poco forzado…- que le cobraron a Arjen Robben y que sentenció Klaas-Jan Huntelaar, una vez más, la opción del Louis Van Gaal, el de “los cambios de oro”, como supo hacer en los últimos partidos y que definieron los encuentros a su favor.
-“¿Qué coach saca a Van Persie para reemplazarlo por Huntelaar?”, le preguntó un periodista a Van Gaal.
– “No importa quién esté, lo importante es ganar y detrás hay un equipo que se come las uñas por entrar a ganar”, respondió sin dudarlo.
Y así fue como se ganó, con dificultad, con desesperada táctica y algo de picardía. Y mientras los pesimistas se alejaban de la vista, reaparecían los fatalistas mexicanos, los que no daban un peso por su selección y que dicen, guitarra en mano: el fútbol es injusto, como la vida.