Pep Guardiola, el rockstar de los entrenadores
Entradas agotadas en pocas horas. Carteles de «No hay más localidades» en un teatro. Miles de fanáticos que, sin tickets, esperan por él para vivarlo en la puerta. Muy a su pesar, Pep Guardiola se ha convertido en un rockstar.
Desde su segunda llegada a la Argentina, nadie quiso perdérselo. Al igual que lo que generó el suizo Roger Federer en diciembre pasado, políticos, periodistas y deportistas y entrenadores destacados hicieron fila para saludarlo.
El escenario elegido fue el Gran Rex, pisado en tantas ocasiones por figuras de la música nacional e internacional. En su charla ante 3500 personas que pagaron entre 300 y 1200 pesos, Pep le dedicó su exposición a César Luis Menotti y Marcelo Bielsa («El pueblo argentino debe agradecerles de por vida por todo lo que le dieron al fútbol argentino y mundial»), y exhibió sus conceptos, claros y sencillos. Al punto que la mayoría se fue convencida de que cualquiera puede lograr lo que él consiguió en Barcelona.
Lejos del resultadismo que impera en la Argentina, Guardiola resumió su filosofía en una frase breve: «El éxito y el fracaso forman parte del juego. A veces se gana y otras tantas se pierde. Es algo normal»
Incluso, se quitó mérito en la «explosión» que logró Messi bajo su gestión: «Lionel me ha dado mucho. Hemos ganado varias cosas, pero él ha ayudado muchísimo. El tipo agarra la pelota en la puerta del área, elude a cuatro rivales y la clava junto a un palo, ¿qué tipo de influencia puedo tener yo en eso? Por favor. Es un fuera de serie.,,»
El final de la exposición fue con una explicación de la táctica, de cómo y por qué le cambió la posición en el campo a Messi, y resaltado que al fin y al cabo todo forma parte de un gran juego, en el cual saber mover las piezas a tiempo permitirá tener más control sobre el encuentro y, tal vez, aumentar las chances de salir victorioso.
Podría decirse que maneja el escenario como Mick Jagger. Pero no. También que tiene el magnetismo de Paul Mc Cartney. Pero tampoco. Es el mismo Pep el que deja en claro con qué estrella de rock se lo puede comparar. Cuando tomó el micrófono e inició su charla sobre liderazgo (de unos 45 minutos) con un tono más cercano al susurro seductor que al vozarrón, ya no quedan dudas: Josep Guardiola es el Bono Vox de los entrenadores.