Rumbo al Mundial Rusia 2018. #50GrandesMomentos: 28 – El arreglo
El 25 de junio de 1982 se escribió uno de los capítulos más bochornosos de la historia de los Mundiales. Aquella tarde, en el estadio El Molinón, Alemania enfrentó a Austria, para definir los clasificados a los cuartos de final.
El deselace del Grupo B fue uno de los más emotivos, porque Argelia sorprendió al mundo cuando
derrotó a los germanos en el debut de ambos. Alemania se recuperó y goleó 4 a 1 a Chile, y Austria superó 1 a 0 a los sudamericanos y 2 a 0 a los argelinos. Como los africanos le habían ganado a Chile 3 a 2 en el primer turno, había una gran expectativa en Gijón, para ver quién pasaba a los cuartos de final.
Pero las especulaciones entraron en acción.Porque ambos seleccionados se dieron cuenta de que
había un resultado que beneficiaba a los dos. Si Alemania ganaba 1 a 0, tanto germanos como austríacos
se clasificarían a la siguiente fase, y dejarían en el camino a Argelia por diferencia de goles.
La pantomima fue arbitrada por el escocés Robert Valentine, y como era de esperar terminó 1 a 0 a favor de los alemanes, gracias al temprano gol de Horst Hrubesch, convertido a los 10 minutos de juego. Los restantes 80´ fueron un mamarracho, un canto al ridículo y a la falta de respeto al público, a la claramente perjudicada selección de Argelia y a la historia de los dos equipos que protagonizaron tamaña vergüenza.
Ni jugadas de peligro. Ni remates al arco. Ni intentos de progresar en el campo rival. Ni roces. Ni faltas. En síntesis, un completo desinterés por jugar al fútbol.
Los 40.000 espectadores repudiaron lo que veían, y en el segundo tiempo explotaron. Los gritos de “Tongo, tongo” y un inolvidable cantito que decía “Que se besen, que se besen” formaron parte del bochorno. Incluso, varios hinchas argelinos comenzaron a arrojar monedas al campo de juego, para expresar su indignación, y todo el estadio terminó coreando por Argelia y silbando a los 22 protagonistas de tamaño papelón.
Hoy fue una jornada fea para el fútbol» (Franz Beckenbauer)
“Hoy fue una jornada fea para el fútbol”, declaró el zaguero alemán Franz Beckenbauer, mientras que recién en 2007, su compatriota Hans Peter Briegel reconoció el acuerdo entre ambas selecciones, al declarar: “Sólo me puedo disculpar ante los argelinos, porque habían merecido clasificarse a la siguiente fase”
A raíz de lo sucedido, la FIFA inició una investigación, que cerró poco después sin sancionar a los equipos involucrados, aunque como consecuencia de lo que pasó en Gijón tomó la decisión de que a partir de México 1986 los partidos que definieran la fase de grupos se jugaran al mismo tiempo, para que nunca más se repita el patético arreglo entre alemanes y austríacos.
- Este texto forma parte del libro 50 Grandes Momentos de los Mundiales, publicado por Ediciones Al Arco en 2014 y repartido por el Ministerio de Educación de la Nación, de manera gratuita, en todas las escuelas públicas de la Argentina.El libro se puede leer en este mismo sitio, o descargar en pdf, Todos los derechos reservados.