Un nuevo fracaso mundialista de Inglaterra, y van…
El partido de ayer, al menos visto desde tierras inglesas, no escatimó en dramatismo.
Suárez fue un león en la cancha y su virtud como futbolista puso a Uruguay pronto por sobre el equipo ingles. Podemos hablar de lo desorganizado que estuvo el equipo de Roy Hodgson, especialmente luego del primer gol.
Fue un primer tiempo donde Inglaterra no estuvo ni cerca a la altura del mundial y lo pagó empezando uno abajo y con los once uruguayos defendiendo su arco a matar o morir.
El segundo tiempo trajo el gol del empate con el sello de Wayne Rooney, que ligó esta oportunidad de anotar por un pase de Glenn Johnson, quien jugó mucho mejor que el delantero. Y ahí, en ese preciso momento, Inglaterra se infló y dejó de intentar justo al mismo tiempo en que Uruguay redoblaba su apuesta.
Daniel Sturridge dejó todo en la cancha pero no alcanzó para levantar a un equipo claramente inferior. No fue suerte lo de Uruguay, sino una mezcla de habilidad y corazón que al minuto 82 se materializó en el segundo gol de Suárez. Este gol no solo le dio la victoria segura a Uruguay sino que cementó la heroicidad de Luis Suárez.
Un papelón. Inglaterra perdió merecidamente y acribilló sus chances en el mundial brasileño, que matemáticamente se terminaron con el sorprendente triunfo de Costa Rica ante Italia, aunque la sensación de equipo eliminado se sintió desde anoche en todo Londres, porque las chances eran mínimas y demasiado complejas para que se dieran.
Una reflexión inevitable es sobre cómo Inglaterra se ahoga una y otra vez al asumir su derecho a ganar y esto se ilustra en los mismos comentaristas que al segundo de que Rooney igualase se animaron a arengar «¿Qué va a hacer Uruguay ahora?». Sí, dijeron eso. Con un empate conseguido a arañazos frente a un equipo que les estaba dando un baile en el estadio Arena Corinthians, de San Pablo.
No fueron los goles de Suárez solamente lo que determinaron el final de la participación inglesa en esta copa; es esa pedantería que los traiciona en este y en muchos otros deportes en los que son buenos, son excelentes a veces, pero en los que no ganan tanto como debieran… por cancheritos.
En lo personal, esto es un poco como la entrega de los Oscars. Uno quiere que el que salga mejor actor/actriz aprecie el galardón y que ante todo y por sobre todo, llore. Da bronca cuando suben sobrados al escenario y en vez de descomponerse de los nervios se mandan un discurso tibio y cortito ilustrando que lo importante es competir.
Suárez lloró en el banco abrazado a sus compañeros, con una emoción sincera que nos hacía partícipes de la magnitud de lo logrado en el campo anoche. Bien Uruguay, viva Luis Suárez y suerte.
Argentina… a prestar atención que esta gente se lo está tomando muy en serio. Como corresponde.